Atestigua el Reloj Monumental variedad de historias; sobre amor y amistad, la mayoría
Desde amistad, pasando por las relaciones bien constituidas y a distancia, son las que vive la ciudad
El Reloj Monumental de la Plaza Independencia es testigo de las miles de historias de amor que se viven frente a él. Niños y niñas juegan con las burbujas que una mujer echa para atraer ventas, personas esperando a que llegue su cita, otras paseando a sus mascotas o aquellas que se sientan a platicar y disfrutar un paste, y unas más, las menos, que se muestran con un beso o un abrazo, su amor y afecto.
Sonia Rosales y Jafet Sánchez dialogan; sus sonrisas delatan complicidad y recuerdan que el año pasado hacían lo mismo en Veracruz, la entidad que los vio nacer y reunirse, y que por amistad decidieron venir a Pachuca para estudiar en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
“Sólo somos amigos y nos venimos juntos por la escuela. Vivimos juntos en el edificio en donde cada quien renta un cuarto y me siento con confianza teniéndolo a él”, dice Sonia, mientras saborea un dulce de gomita.
Jafer la mira y dice “me gusta su forma de ser, su sinceridad”. Los dos sonríen, pues festejarán el Día de la Amistad en compañía de otros amigos de la universidad.
Bajo el Reloj, sentados, Dulce Mareli Marcos y Francisco Hernández Uraga, sonríen y se ven entusiastas al saber que pasarán este día juntos en Pachuca, “Venimos a darnos una escapadita para reunirnos con otros amigos”, dice el oriundo de Tianguistengo, de un poblado llamado Tlacolula.
“Vamos a celebrar el 14 de febrero en el pueblo. Va a realizarse un baile en la escuela de ella, con un sonido, así que iré y me uniré a su grupo de amigos”, dice Francisco, mientras ella lo empuja con una sonrisa tímida.
Mutuo acuerdo
A unos pasos de ellos, Carla del Ángel Juncal y Erick Rodríguez se toman de la mano. Él le dice algo al oído, ella sonríe y se abrazan.
“Llevamos un año y cuatro meses de novios y no hemos pasado un 14 de febrero juntos, porque ella estudia enfermería en Pachuca y yo tengo mi trabajo en Veracruz, por lo que no hemos podido coincidir en esta fecha pero lo haremos el fin de semana siguiente”, expresa Erick.
Carla sonríe y asegura que la relación se ha afianzado con la distancia, “pero espero que algún día estemos juntos”, dice con una sonrisa y él bromea al decir que si convivieran todos los días “nos la pasaríamos peleando, así mejor nos vemos una vez a la semana y así lo hacemos con amor”. Ella sonríe bajo sus gafas de sol.
Gustos en común
Elodia Argüelles Bautista y Eliasil René Alonso Juárez disfrutan de una plática placentera, en compañía de un paste minero, hecho con papa y carne, al mismo tiempo que ofrecen sus flanes con rompope, conocidos en el Centro Histórico de Pachuca, mientras él recuerda que conoció a su esposa hace seis años, en Veracruz, en un antro, “y me enamoré de su rostro y su cabello cuando la vi”.
“La invité a bailar una cumbia, nos la pasamos muy bien y nos divertimos, como siempre lo hacemos, e intercambiamos números. Después de siete meses decidimos vivir juntos y hasta hoy, es lo mejor que me ha sucedido en mi vida”, expresa él, mientras ella lo ve con una sonrisa en los ojos.
“La comunicación ha sido la base de nuestro matrimonio. Hoy tenemos a nuestro hijo Gabrielito, de tres años, pero le echamos ganas para vivir bien”, dice Elodia, mientras acomoda los flanes a tal manera que no les dé el sol.
Ambos trabajan juntos, todo el día, y coinciden en que “son buenos los momentos y nos gusta estar juntos. Desde la noche que preparamos los flanes hasta que llegamos al centro a vender nuestros productos, y hacemos esta labor con amor porque de eso vivimos”, expresan.
Primeros pasos
Así pasan las horas y llegan más personas a la Plaza, el globero inicia su venta del día con un globo en forma de corazón, jóvenes bailando en la Pérgola, otros tomando el sol, mientras que Sonia y Jafet siguen sonriendo, y entre bromas y plática, se preguntan si estarán destinados a estar juntos por más años.
“No sabemos que nos depare la vida. Me gusta que él me escuche y me entienda”, dice ella, a lo que Jaret agrega que le encanta su forma de ser. Ella asegura “si vamos a tener una relación el tiempo lo dirá, no hay prisa”. Él sonríe y continúan planeando la celebración del Día del Amor y la Amistad.
“Me gusta su sinceridad”. Los dos sonríen, pues festejarán el Día de la Amistad con otros amigos de la universidad
“Si conviviéramos todos los días nos la pasaríamos peleando. Con una vez a la semana que nos veamos lo hacemos amor”
“Después de siete meses decidimos vivir juntos y hasta hoy, es lo mejor que me ha sucedido en la vida”