Subjetivismo o subjetividad
Pablo II solía usar el término “subjetividad” cuando hablaba de la persona y del trabajo, por ejemplo en la “laborem exercens”, donde dice que la Iglesia sigue tratando de “asegurar la primacía del trabajo y, por lo mismo, la subjetividad del hombre en la vida social”. Éste término continúa usándose en documentos sociales más recientes, como el “Compendio de doctrina social de la Iglesia”; pero no debe confundirse el significado de éste término con el de “subjetivismo”, que es parecido, pero da a entender otra cosa.
Comencemos aproximándonos al sujeto, porque en relación a él se habla de subjetividad o de subjetivismo. Podemos recordar nuestras clases de español, donde se nos enseñaba que una oración se compone de sujeto y predicado, y que cierto tipo de predicados se forman con un verbo y un objeto o complemento directo. En este caso descubríamos una relación entre el sujeto, que es de donde parte una acción, y objeto, que es aquello a donde la acción tiene su efecto. En el terreno del conocimiento, el sujeto es quien lleva a cabo la acción de conocer, mientras que el objeto es lo conocido. Un biólogo, pongamos por caso, es el sujeto que conoce los seres vivos, que son el objeto de su conocimiento.
El subjetivismo es una tendencia a sobrevalorar el papel del sujeto en detrimento de la real importancia del objeto y, llevado a sus consecuencias extremas, llega a sostener que no existe nada fuera del sujeto, de modo que todo lo que parecen ser las cosas es producto precisamente del sujeto, como si todo fuera producto de nuestra mente. A veces en la conversación cotidiana podemos decir que alguien es subjetivista si sólo le interesa lo que piensa, independientemente de lo que piensen los demás, o de lo que en verdad son las cosas.
Naturalmente subjetividad no es subjetivismo, por lo cual hay que entender a qué se refieren Juan Pablo II y los otros documentos al hablar de ello. La subjetividad hace referencia a la cualidad de ser sujeto, a aquello que constituye a alguien como punto de partida del actuar. Si bien los animales y otros seres, incluso inanimados pueden ser sujetos que actúan, el término “subjetividad” aquí se usa de modo especial en relación al ser humano, porque puede conocer y determinarse, de modo que en él se encuentra la más alta subjetividad, por lo cual dice el “Compendio de la doctrina social” que “el hombre existe ante todo como subjetividad, como centro de conciencia y libertad”.
En el terreno del conocimiento, el sujeto es quien lleva a cabo la acción de conocer