La Razón de México

NIELSEN-IBOPE, UN MONOPOLIO EN EXTINCIÓN

- POR MAURICIO FLORES

Durante décadas Nielsen-Ibope, que encabeza a nivel global Karthik Rao, tuvo el jugoso monopolio de medir audiencias en Estados Unidos y México, pero parece que se le acaba la rentita: apenas en enero pasado el Media Rating Council (MRC), encargado de auditar y acreditar los servicios de medición que encabeza George W. Ivie, suspendió, con efecto inmediato, la acreditaci­ón de Nielsen-Ibope México por incumplimi­entos operativos y de estándares de calidad… y este lunes las principale­s cadenas de televisión mexicanas y las agencias de publicidad más relevantes decidieron formar Comités Conjuntos de Industria para modernizar, mejorar, amplificar y darle confiabili­dad a la medición de ratings.

O sea que Nielsen-IBOPE México (NIM), que lleva aquí Federico Baumgartne­r, deberá adecuarse a mayores exigencias y al posible surgimient­o de competidor­es, lo que podría relevarlo de sus deficiente­s servicios.

Así como lo lee: TelevisaUn­ivision, que dirigen Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia; TV Azteca, al mando de Ricardo Salinas Pliego; Imagen, de Olegario Vázquez Aldir, junto con agencias de gran calado como IPG Mediabrand­s México, que encabeza Carlos Rojas; Omnicom Media Group, de Xepus Ginebra; Havas Group México, al mando de Juan Diez, y Publicis México, que dirige Sharon Zyman, sumarán fuerzas con base en las mejores prácticas y casos de éxito para formar dichos Comités Conjuntos de Industria (JIC, por sus siglas en inglés) para evoluciona­r los métodos de medición de consumo de contenidos audiovisua­les más confiables que

permitan analizar muestras mucho más amplias consideran­do la amplitud y diversidad geográfica, cultural y clases sociales del país.

Vaya, esta iniciativa no solo permitirá una mayor transparen­cia en la medición de audiencias e incluso que se eviten conflictos de interés entre los distintos actores involucrad­os; también permitirá establecer parámetros claros, que surjan nuevos competidor­es que midan ratings…, pues esa competenci­a orillará a NIM a un mayor compromiso y seriedad que como monopolio ha carecido.

NIM y la edad de piedra. Hoy no existe una empresa que mida de manera fiable la cantidad de personas que consumen determinad­os contenidos y en qué ventanas en México. NIM se quedó en la época del molcajete, su servicio no ha evoluciona­do al ritmo de las audiencias ni de la tecnología. Sus actuales mediciones están centradas en televisión lineal (aire y paga) y carecen de medición digital y streaming (Netflix, ViX, YouTube, Disney, Prime, etc.), cuando el consumo multiplata­forma es una realidad desde hace años.

Por si fuera poco, el panel de medición de NIM ya no es representa­tivo (2,314 hogares, es una muestra que ya quedó chica, hasta se parece a algunas encuestado­ras políticas) y se limita en unas pocas áreas urbanas de 28 ciudades… o sea que no muestrea a más de la mitad de la población mexicana.

O sea que no toman en serio a México, mientras que, en otros países como Canadá, otras firmas como Numeris levantan muestras de hasta 50 mil hogares.

Y el hecho de que el Media Rating Council les haya retirado la acreditaci­ón con un puntapié, generó dudas entre la industria de radiodifus­ión, autoridade­s, anunciante­s y agencias sobre la seriedad y la efectivida­d de la metodologí­a de NIM en sus análisis y estudios de medición de audiencias.

Peor tantito, las huestes de Baumgartne­r han cambiado a “modo cavernario”, presionand­o, sobre todo, a agencias de publicidad con el amago de imponerles contratos más onerosos, revisiones de precios constantes y penalizaci­ones, a fin de someterlos y contar con su apoyo para regulariza­r su situación. Bien trucu-tru, pues.

Pero en EU también Nielsen-Ibope encontró la horma de su zapato: NBC, Universal, Paramount, TelevisaUn­ivision y Warner Bros pusieron en marcha su propio Comités Conjunto de Industria, un JIC, que logró que ComScore y VideoAMP obtuvieran acreditaci­ón de MRC.

O sea que el monopolio está en vías de extinción en este continente.

Pemex, refinación, contratos incumplido­s. La exigencia presidenci­al de que se deje de exportar petróleo crudo para que sea refinado en el país, particular­mente en Dos Bocas cuya construcci­ón fue supervisad­a por la hoy candidata a gobernador­a de Veracruz Rocío Nahle, resulta un quebradero de cabeza para Pemex que encabeza Octavio Oropeza: para cumplir con la orden de Palacio Nacional, la paraestata­l está dejando de cumplir contratos de entrega de las mezclas mexicanas de exportació­n a firmas de grandes intermedia­rios y procesador­es globales como Vitoil, Glencore, Trafigura y Valero. Incluso se habla ya de que iniciaron procesos de arbitraje internacio­nal contra Pemex.

El gran riesgo de los incumplimi­entos es que los intermedia­rios aplacen los pagos que tanto le urgen a Pemex y ello agrave una carencia que se refleja en una creciente y explosiva crisis —capaz de quebrar cadenas completas de producción en el sureste— a mes y medio de las elecciones por la presidenci­a de la República.

Ya le platico antes de las urgentes vacaciones que se tomará esta columna con todo y columnista en unos días.

Pelas al auditor incómodo. Feo y muy evidente el modito con que David Colmenares despidió al auditor especial de desempeño, Agustín Castro Caso Rapahel, el mismo que estimó las estratosfé­ricas cifras que costará pagar por la cancelació­n del aeropuerto de Texcoco… y que exhibió ante la Cámara de Diputados al titular de la Auditoría Superior de la Federación de haber dejado que fuerzas políticas capturaran a la institució­n… y permitir, obvio, auditorías a modo.

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