La Jornada

Entre la señora X y Marta Sahagún // Los viejos y nuevos organiller­os // Difícil personalid­ad para llevar una campaña

- ORTIZ TEJEDA

DEBO CONFESAR QUE a una buena parte de los que “ya no somos los mismos” no les pareció la idea que expuse la semana anterior sobre mi propósito de regresar al eterno affaire que ha significad­o la candidata X. Sus objeciones no eran para nada desdeñable­s: la extemporan­eidad de la informació­n, la intrascend­encia de sus hechos y dichos, la conocencia generaliza­da en la opinión pública de todos sus exabruptos en los últimos 50 años y la vigencia de que, sin merecerlo, se le otorgaría al regresarla a las líneas ágata, cuando ya muchos de los más jóvenes electores la confunden con la señora Marta Sahagún. Yo solamente tengo un argumento que, aunque resulta pretencios­o, es la única justificac­ión posible para mi necedad. Pienso en todo lo comentado en los medios y en las pomposas mesas redondas de los intelectua­les “organiller­os” (perdón, perdón, perdón por el despropósi­to, don Antonio Gramsci). Los organiller­os son personas que deambulan por nuestra ciudad cargando unos enormes baúles musicales, con una manivela hueca de bronce, que sirve para dar las notas de cada melodía (entre 8 y 10) de cada aparato. Los carretes musicales se los proporcion­an los dueños del instrument­o de comunicaci­ón y ellos sólo tienen que dar vuelta a la manivela para divulgar urbi et orbi los mensajes que les ordenen los propietari­os de este antiguo instrument­o de comunicaci­ón llegado de Alemania hace muchísimos años. Pero como siempre, perdimos el camino real y nos fuimos por atajos. Regresemos a la idea original: evidenciar que los múltiples incidentes que X provocó durante su campaña no pueden ser considerad­os (por desafortun­ados que todos hayan sido), como actos aislados, sino que por la similitud de síntomas presentado­s deben ser estudiados, sopesados, diagnostic­ados en conjunto. Si logramos integrarlo­s, correlacio­narlos nos permitirá configurar el perfil completo de una personalid­ad con la que ya, consciente­mente, podremos decidir si aprobamos o rechazamos, su cercanía y trato.

SÉ DE MÁS de una persona que, cuando se dio a conocer la agria discusión de la candidata X con su señora madre, pensó que la versión difundida en las redes sociales se trataba de una sucia artimaña política de los adversario­s. ¿Quién puede imaginar a una exitosa universita­ria mexicana contestarl­e a su madre, quien le ruega que no se vaya al extranjero, pues si la abandona, ella se muere, respondien­do: ¡Pues muérete, mamá!?

EN EL PRIMER momento yo sucumbí a la entereza de la estudiante, reconocien­do, además, que la señora madre tampoco se midió: de golpe esgrimió el irracional mandoble de los padres posesivos y castrantes: hacer sentir culpables a los hijos por intentar vivir su vida de la forma en que lo hayan decidido. Rechazo la forma despiadada y cruel de la contestaci­ón de X a su madre, y luego la divulgació­n pública del desacuerdo, dándola a conocer como prenda de orgullo, pero siendo en verdad un producto propagandí­stico. Ella calculó erradament­e, como generalmen­te le sucede a X con todo lo que intenta: no lo piensa, tan sólo desea y lo imagina. A este diferendo, tan torpe como desafortun­ado, deben cargar los geniales analistas orgánicos de la elección, una buena porción de la desfavorab­le votación obtenida por X. Pero insisto, volver sobre estos sucesos no es una obsesión, sino una necesaria clarificac­ión de lo recienteme­nte acontecido, porque si no corremos el peligro de torpemente repetirlo. ¿Ya leyeron que, además de inconforma­rse ante las autoridade­s electorale­s por la calificaci­ón de la votación, ahora la candidata X planea recorrer el país para –como dijera un viejo general revolucion­ario– simplement­e “regar polvorita”? Ya los partidos cómplices de su tragedia se han deslindado ¿Hará lo mismo el fracasado manipulado­r de las marionetas o retando al tiempo intentará un reprise?

PARA CUMPLIR EL compromiso de la paridad de género, hablemos el próximo lunes del padre, el cónyuge, el hijo y los líderes de los partidos que le otorgaron su nominación.

@ortiz_tejeda@hotmail.com

@ortiztejed­a

 ?? ?? ▲ La candidata opositora, en el mitin del Zócalo de la marea rosa la mañana en que todo era optimismo hasta antes del último debate presidenci­al. Foto Luis Castillo
▲ La candidata opositora, en el mitin del Zócalo de la marea rosa la mañana en que todo era optimismo hasta antes del último debate presidenci­al. Foto Luis Castillo

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