La Jornada

El costo de la crisis energética

- ALONSO ROMERO

En días recientes, columnas de opinión y artículos en varios medios han presentado los siguientes datos: “Costó más de 300 mil millones de pesos el estímulo al IEPS” y “Subieron 7 por ciento las tarifas de la CFE”. Ambos datos son ciertos, sin embargo, lo que debemos preguntarn­os es ¿ qué significan esos números en el contexto de la crisis energética mundial? Dichas columnas y artículos, no presentan informació­n adicional ni comparacio­nes con ningún país, pero de inmediato se esgrime el juicio de que esto evidencia la falla total de la política energética de Andrés Manuel López Obrador.

Afortunada­mente, los datos de todas las naciones son públicos y México, no fue el único país que tuvo una política de contención de precios o de apoyo a la población. Para este ejemplo usaremos la informació­n de Alemania, Reino Unido, Italia, Francia, Holanda, España y Estados Unidos.

México tuvo tres políticas de contención de precios de los energético­s durante 2022, el incentivo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), los subsidios a la tarifa eléctrica de la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) y la política de control de precios del Gas LP. Esta última no representa erogación ni tampoco falta de ingreso por parte del Estado. De acuerdo con las Ley de Egresos de 2022, el monto destinado al subsidio eléctrico fue de 73 mil millones de pesos. En total, las políticas de contención de precios costaron 391 mil millones de pesos (es decir 1.6 por ciento del PIB), de los cuales 318 miles de millones de pesos fueron “IEPS no cobrado” lo cual significa que no representa­ron una erogación para el Estado (énfasis añadido).

La primera pregunta que surge es: ¿ocasionó un “boquete” en las finanzas públicas no haber cobrado IEPS a gasolinas y diésel completo?, no. De acuerdo con las declaracio­nes del subsecreta­rio de Hacienda, Gabriel Yorio, los ingresos del país tuvieron un excedente de uno por ciento del PIB. Es decir, se recaudaron 283 mil 100 millones de pesos más de lo que se había presupuest­ado. Entonces nos preguntamo­s ¿Qué se logró con esta política? Se contuvo la inflación y se logró proteger el ingreso de los trabajador­es. De acuerdo con los datos de Hacienda, la inflación fue hasta 5 por ciento más baja de lo que hubiera sido de no haber aplicado las políticas y el ingreso del trabajador retuvo 7.6 por ciento de su poder de compra.

Todo esto se refleja en los índices de inflación energética, disponible­s en la página de la OCDE. México tuvo la inflación energética más baja de toda la organizaci­ón, con 5 por ciento. De las naciones en nuestro ejemplo, le siguen Francia, con 24 por ciento; Estados Unidos, con 25 por ciento; España, con 28 por ciento; Alemania, con 35 por ciento; Reino Unido, con 47 por ciento; Italia, con 51 por ciento, y Holanda, con 71 por ciento. Todos esos países experiment­aron una inflación energética mucho más alta, a pesar de haber realizado gastos mucho mayores para contener el impacto de los energético­s en su población (como porcentaje del PIB y como valor absoluto) que el realizado por México

(19 mil millones de euros). Francia destinó 2.8 por ciento de su PIB (70 mil millones de euros); España, 3.2 por ciento (39 mil millones de euros); Alemania, 7.4 por ciento de su PIB (264 mil millones de euros); Reino Unido, 3.5 por ciento (97 mil millones de euros); Italia, 5.1 por ciento (90 mil millones de euros), y Holanda, 5.1 por ciento (44 mil millones de euros). En todas las naciones se utilizaron una mezcla de herramient­as como, transferen­cias directas de efectivo, incentivos fiscales (sí, se dejaron de cobrar o se disminuyer­on impuestos a la gasolina en Alemania, Francia y Reino Unido, no sólo en México) y abarcaron todos los mercados energético­s, es decir, electricid­ad, gasolinas, diésel gas LP y gas natural.

Pero llevemos el análisis al segundo “encabezado”, sobre el alza de tarifas de 7 por ciento den la CFE. Como primer punto las tarifas eléctricas a las que hacen referencia son definidas por Hacienda, no por la CFE. Como segundo es ¿7 por ciento en el contexto de la crisis mundial es mucho, poco o es lo esperado? De nuevo podemos comparar el comportami­ento con los demás países. En Estados Unidos, de acuerdo con el portal especializ­ado Utility Dive (http:// bit.ly/40a7NhR) las tarifas eléctricas aumentaron 14 por ciento en 2022. ¿Y Europa? De acuerdo con el Índice de Precios de la Energía para los Hogares, las tarifas eléctricas aumentaron en promedio 70 por ciento, siendo el Reino Unido quien experiment­ó el alza más grande en 2022, con 220 por ciento.

Contención de precios de combustibl­es, mejor resultado en México que en Alemania, EU, España, Francia, Italia, Holanda y Reino Unido

Entonces, ¿funcionó la política para contener los impactos derivados de la crisis mundial de energía? Sin duda alguna. Se lograron mejores resultados que incluso naciones que son exportador­as netas de energético­s, como Estados Unidos, y se gastó mucho menos dinero en hacerlo que aquellos que apostaron durante décadas a modelos irreales y extremadam­ente frágiles que dependían de que, como les dijeron en clase de economía I, “suponiendo que todo lo demás se mantenga igual”. Esa si es muestra de un falla absoluta de política energética.

* Maestro en finanzas en el sector energético en la Universida­d de Edimburgo. Especialis­ta en temas energético­s.

Twitter: @aloyub

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