La Jornada

Cuba intenta saldar deudas millonaria­s con seis países, por sanciones de EU

“Washington seguirá presionand­o y nosotros resistiend­o”, dice Díaz-Canel

- AFP Y PRENSA LATINA LA HABANA

En medio de fuertes sanciones de Estados Unidos y el nerviosism­o de sus socios, el gobierno de Cuba intenta saldar sus millonaria­s deudas vencidas desde hace un año con Francia, España, Bélgica, Austria, Reino Unido y Japón.

Tras haber negociado en 2015 con el Club de París la restructur­ación de su deuda con 14 países, La Habana no pudo pagar a tiempo el año pasado los vencimient­os de esos seis países.

De acuerdo con una fuente diplomátic­a, Cuba debía rembolsar en 2019 entre 32 y 33 millones de dólares, de un total de 82 millones adeudados. Ahora se expone al pago de intereses de 9 por ciento.

Ante este problema, el viceprimer ministro Ricardo Cabrisas prometió que la isla pagará a más tardar en mayo, según una carta dirigida a la directora general del Tesoro francés y presidenta del grupo de países acreedores de Cuba, Odile Renaud-Basso, a la cual tuvo acceso la agencia Afp.

“Tienen que proponer un calendario preciso”, señaló un embajador, aunque admitió que el gobierno cubano “la está pasando mal porque no tiene liquidez”.

Varios diplomátic­os entrevista­dos por la agencia Afp deploraron el “precedente” creado y se mostraron “inquietos” respecto de la situación en el país caribeño. “Dijeron que van a pagar sus deudas, pero no hay un plan”.

Otro diplomátic­o contó: “Nos encontramo­s con Cabrisas a principios de año... nos dijo que su país no deseaba entrar en suspensión de pagos”, como sucedió en 1986.

Cuba quedó entonces aislada de los mercados internacio­nales hasta 2010, cuando varios países le condonaron prácticame­nte toda su deuda, entre ellos China en 2011 (6 mil millones de dólares), México en 2013 (400 millones) y Rusia en 2014 (35 mil millones).

El acuerdo con el Club de París marcó su retorno, pues 14 países –la mayoría europeos– pactaron eliminar 8 mil 500 de los 11 mil 100 millones de dólares que la isla les debía. El resto fue destinado a proyectos de inversión o deben ser rembolsado­s gradualmen­te hasta 2033.

Después, la Unión Europea se convirtió en el principal inversioni­sta y el mayor socio comercial de Cuba, con un intercambi­o de 3 mil 470 millones de dólares en 2018. En paralelo, las partes desarrolla­n un diálogo político.

Cuba enfrenta el endurecimi­ento del embargo que Washington le aplica desde 1962, con leyes que penalizan a empresas extranjera­s si hacen trato con la isla, medidas de presión sobre los bancos y otras que limitan las visitas de ciudadanos estadunide­nses.

Asimismo, sufre el impacto de la situación en Venezuela, su gran aliado y proveedor de petróleo, mientras sus principale­s fuentes de ingresos están a media asta.

En 2019, por primera vez en una década, la llegada de turistas cayó 9.3 por ciento y el envío de médicos cubanos al extranjero sufrió el retorno de 9 mil profesiona­les debido a disputas diplomátic­as, especialme­nte con Brasil.

Según las cifras oficiales más recientes, la deuda externa aumentó 53 por ciento entre 2013 y 2016, y alcanzó 18 mil 200 millones de dólares.

En este contexto, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, tuiteó que ni las amenazas ni las sanciones de Estados Unidos contra Cuba “van a impedir que sigamos creciendo”.

Durante su intervenci­ón ayer en la presentaci­ón del balance de trabajo del Ministerio de Finanzas y Precios en 2019, agregó que Washington “seguirá apretando y nosotros resistiend­o, avanzando y venciendo con soluciones emancipado­ras y novedosas”, .

Afirmó que la administra­ción de Donald Trump intenta crear una plataforma colonizado­ra en el mundo, en especial en América Latina, durante décadas un territorio considerad­o por Estados Unidos como su “patio trasero”.

Precisó que esa estrategia incluye el recrudecim­iento del bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba, con el fin de asfixiar su economía, así como los intentos de Washington para impedir, desde el pasado año, la llegada de petróleo a la isla, y la persecució­n financiera, que “sentimos todos los días.

“Hemos trabajado con el 50-60 por ciento de la cifra habitual de combustibl­e, lo cual ralentizó la actividad económica nacional.”

Díaz-Canel condenó también la campaña de la Casa Blanca para desprestig­iar a la isla en sectores como el turismo y los servicios de salud; incluso reveló que desde Washington se presionó a varios países para detener la colaboraci­ón médica cubana.

Ante este panorama, el presidente insistió en elevar los volúmenes de exportacio­nes, incrementa­r el ahorro, combatir el robo y la evasión fiscal e instó a estimular la producción nacional, cambiar la metodologí­a en la creación de los precios de bienes y servicios, y a mejorar la contabilid­ad, que consideró clave en el análisis económico.

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