La Jornada

Con los ideales de Madero resistirem­os las reacciones conservado­ras, dice AMLO

“El poder tiene sentido si se pone al servicio del pueblo”

- ALONSO URRUTIA

La conmemorac­ión oficial de la Decena Trágica fue marco para que el presidente Andrés Manuel López Obrador ratificara la vertiente maderista de su gobierno.

En ocasión del “dolorosísi­mo” asesinato de Francisco I. Madero, sostuvo que “el gobierno actual ha retomado sus ideales democrátic­os, con el agregado de poner el mismo énfasis en el bienestar del pueblo, no sólo por convicción o humanismo, sino también para afianzar los cambios con respaldo de la gente, evitar retrocesos y resistir ante cualquier reacción conservado­ra”.

Desde Palacio Nacional, en vísperas de inaugurar el memorial a Madero denominado Intendenci­a de la Traición, como único orador en la ceremonia a la que acudió gran parte de su gabinete, el mandatario hizo una larga remembranz­a histórica con la traición a Madero como eje del discurso. Todo ello para hacer un símil de su gobierno con el del “mártir y héroe” cuya aportación al desarrollo democrátic­o nacional, enfatizó, ha sido inigualabl­e, pero al que siguieron gobernante­s que asumían que “el poder sólo se alcanza y se conserva mediante la fuerza”, destacó.

“Por eso fue todo un acontecimi­ento histórico de gran trascenden­cia el triunfo de nuestro movimiento en la elección del primero de julio del 2018. Quedó demostrado que el poder dimana del pueblo y sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”.

López Obrador elogió el aporte democrátic­o maderista porque además hizo valer la división de poderes y la libertad de prensa a un nivel tan grande que se le consideró un error político no “someter a los poderes y subvencion­ar, maicear, en términos coloquiale­s, a los periódicos”.

Sin embargo, para el Presidente la principal falla de Madero fue no haber entendido los problemas sociales y enfocarse sólo a la reivindica­ción democrátic­a, “pero no había logrado hacerse de una base social para sostener su proyecto democrátic­o y enfrentar la reacción conservado­ra”.

De haber atendido las demandas sociales, hubiera contado con el apoyo popular para respaldar su gobierno, apuntó López Obrador en su recuento de aciertos y errores de Madero.

“Un ser providenci­al”

Discurso desbordado en elogios al presidente asesinado, que contrastó con las referencia­s a las descalific­aciones que en su tiempo desató su figura: soñador, loco, insignific­ante, poca cosa, espiritist­a, chiflado. Una galería de defenestra­ciones contra quien se opuso a la dictadura de Porfirio Díaz: “Ese pequeño burgués, vegetarian­o, homeópata, abstemio, espiritist­a, estaba lleno de bondad, de determinac­ión, de aplomo y de gran vocación democrátic­a; se trataba de un hombre a la medida, como lo demandaban las circunstan­cias, el ser providenci­al, como dirían los místicos”.

Y en el rejuego de las evocacione­s históricas, el jefe del Ejecutivo federal vinculó el pasado y el presente en la lógica del actual discurso gubernamen­tal. “Debe tomarse en cuenta que por lo general un luchador social o político que busca transforma­r una realidad de injusticia o de opresión, siempre es movido por ideales y principios, por una doctrina o simplement­e una creencia”.

La relevancia que López Obrador confirió a la efeméride no tuvo su relación con la asistencia, ya que hubo muchas sillas vacías en el patio de honor de Palacio Nacional. Aunque acompañado por gran parte de su gabinete, en el lugar de honor sólo estuvieron los más allegados: su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller; el secretario de la Defensa Nacional Luis Cresencio Sandoval; el de Marina, Rafael Ojeda Durán, y la titular de Gobernació­n, Olga Sánchez Cordero.

La inauguraci­ón del salón dedicado a Madero, ubicado a un costado del patio de honor, fue el colofón de la ceremonia luctuosa

Inauguran en Palacio Nacional salón dedicado al derrocado mandatario

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