Jaime Mesa busca ‘‘desvanecer al escritor supersagrado’’
■ Sólo en la literatura estamos realmente preocupados por el plagio, afirma en entrevista con La Jornada ■ ‘‘Al final, ¿de quién es la novela?, ¿de quien la escribió o de quien se la cuenta?’’ ■ En el ámbito de las letras hay una lucha encarnizada, sobre
tado afanado en separar el fondo y la forma, es decir, creo muchísimo en el fondo. Construyo mis personajes, después el conflicto, luego el narrador y al final la estructura. Así, le doy más importancia al fondo que a la forma”.
Condenada por el medio literario
Jaime Mesa imaginó a Milena, afirma, ‘‘y cuando quise rescatarla ya se había metido en muchos problemas: el fracaso existencial, romántico, sexual y literario; incluso el fracaso de existir. Ella se cambia el nombre para que no la persiga la mala fama y de Beatriz Mella se pasa a llamar Milena Betancur. No lo hace por una decisión individual, el medio literario la condena a la marginación. Ella simbólicamente se quita el nombre porque ya la desterraron.
‘‘Lucha y cumple todos los pasos que nos dijeron: estudia en una universidad, la maestría y el doctorado; sé buen padre de familia; si te cuidas vas a encontrar el amor; si escribes pacientemente tu novela vas a encontrar editor; si la escribes con aire diáfano y tratas de buscar la condición humana va a ser una muy buena novela. Ella lo hace mucho tiempo y no ocurre.”
Milena no logra hacerse un espacio en el ambiente literario, ‘‘una de las tribus no sé si más sangrientas o alborotadas que tenemos, por una cuestión sencilla de números: hay muy pocos lugares, muy pocos boletos para pertenecer; y entre menos lectores y más exigencia, van disminuyendo estos lugares, en una lucha encarnizada, sobre todo en las grandes capitales’’.
Sin embargo, Jaime Mesa afirma que no hay referencia a personajes reales. ‘‘Me interesaba cortar los nexos con la realidad, meto las manos en el medio literario mexicano y latinoamericano pero sin afán informativo o periodístico, que le pertenece a otras áreas; me interesa rastrear, imaginar, escribir, reflexionar, pero no documentar, que es asunto de un periodista, un crítico literario o de un académico”. REYES MARTÍNEZ TORRIJOS