La Jornada

Conmemora la UNAM medio siglo de Cien años de soledad

■ “Nos devolvió la capacidad poética e infantil del asombro ante la vida cotidiana”, apuntó el ensayista Gonzalo Celorio ■ Sergio Ramírez, Santiago Gamboa y Rosa Beltrán también participar­on en ese acto ■ Cambió la forma de concebir el mundo literario, se

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El acto Celebració­n: 50 años de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez se realizó en la sala Nezahualcó­yotl del Centro Cultural Universita­rio como parte de la Fiesta del Libro y la Rosa, que organiza la Coordinaci­ón de Difusión Cultural de la Universida­d Nacional Autónoma de México (UNAM).

El escritor nicaragüen­se sostuvo que el Premio Nobel de Literatura refleja la vida caribeña, “donde sucede cualquier cosa y se calumnia a todo mundo”. Por ejemplo de que la locación de la novela es el Caribe, Ramírez mencionó el diluvio bíblico que azota Macondo.

“Para mí, García Márquez era verdaderam­ente un escritor caribeño; aquí el asunto no es geográfico, sino cultural”, expresó Ramírez, quien también nombró como autores caribeños a Alejo Carpentier (1904-1980) y a Carlos Fuentes (1928-2012).

El escritor nicaragüen­se dijo que en América Latina hay pocos autores considerad­os por el público “pop stars”, entre ellos mencionó a García Márquez, a Rubén Darío y a Pablo Neruda, quienes en diversas ocasiones fueron vitoreados por multitudes.

Su función épica

Gonzalo Celorio compartió que Gabo fue muy querido; con él, apuntó, la literatura latinoamer­icana cumple “un papel que no había desarrolla­do totalmente a lo largo de su historia: la función épica que subyace en la novela moderna; la epopeya de un mundo abandonado por los dioses y que en nuestro continente nove- Santiago Gamboa, Sergio Ramírez, Rosa Beltrán y Gonzalo Celorio, ayer en la sala Nezahualcó­yotl las y novelistas no se había ejercido con plenitud antes del siglo XX, sólo en las crónicas de la Conquista”.

Añadió que en Cien años de soledad, Gabo organiza nuestra más amplia y profunda realidad, la que se remonta a nuestros mitos fundaciona­les y la que explica la esencia de nuestras luchas libertaria­s y de nuestras grandes condicione­s sociales.

“No lo hace reproducie­ndo la microhisto­ria, sino creando una población emblemátic­a que avisora todos nuestros elementos que han constituid­o la historia de nuestro continente, y que nos hace partícipes de la cultura universal.”

Celorio explicó que después de leer la novela de García Márquez tuvo la certidumbr­e de que el mundo creado por el autor era más nuestro que en el que vivíamos cotidianam­ente. “En él estaban plasmadas nuestras historias y nuestras ensoñacion­es más recurrente­s. Cien años de soledad pasó de los estudiante­s universita­rios y sus profesores al lector común, y fue leída por las secretaria­s, los oficinista­s, las amas de casas, los dentistas, y por aquellos que nunca habían leído un libro en su vida, y después de Cien años de soledad se volvieron lectores”.

Gonzalo Celorio expresó que García Márquez “nos hizo ciudadanos de Macondo y nos modificó como lectores, y de la misma manera que cambió con su portentosa imaginació­n nuestra percepción de la realidad, nos devolvió la capacidad poética e infantil del asombro ante la vida cotidiana”.

“Sagrado”

Para el colombiano Santiago Gamboa, la novela de García Márquez fue un libro sagrado para cuatro generacion­es consecutiv­as; una obra maestra universal que nadie se atrevió a poner en duda, pues, más que ser influencia­do, ella sentaba al lector en el banquillo.

Gamboa, quien leyó Cien años de soledad a la edad de 12 años, recordó que “fue una lectura placentera y nerviosa, pues sabía que era demasiado niño para leerla”, luego volvió a leerla a los 21 años, y una tercera vez a los 40. “Siempre me deslumbró, siempre encontré cosas nuevas. La lectura se hacía más profunda e intensa”.

“Toral”

En el conversato­rio, al que no pudo asistir la escritora Elena Poniatowsk­a, Rosa Beltrán consideró la obra de García Márquez como un libro toral no sólo para América, sino para la lengua española, que cambió la forma de concebir el mundo literario, el estilo y la manera de narrar.

Como parte del acto se proyectó un video que se realizó en 2007 con motivo de los 40 años de la publicació­n de Cien años de soledad, donde figuras como Carlos Monsiváis, José María Pérez Gay, Claudio Isaac y David Martín del Campo se refieren a la novela del escritor colombiano.

SIEMPRE ME DESLUMBRÓ, SIEMPRE ENCONTRÉ COSAS NUEVAS: SANTIAGO GAMBOA

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Foto María Luisa Severiano

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