La Jornada Zacatecas

Enganchado­res de jornaleros aplican métodos de tratantes

- JESSICA XANTOMILA

En el norte de Veracruz y en la región de la Huasteca, para que un jornalero agrícola pueda trabajar en otro estado debe enfrentars­e “a un negocio que se parece cada vez más a la trata de personas, pues hay enganchado­res que ganan dinero por cada trabajador”, y una vez en los ranchos los jornaleros “no pueden salir de ahí”, sostuvo Juan José Lavaniegos, de la organizaci­ón Fomento Cultural y Educativo.

También “hay contratist­as regionales con muchísimo poder político, en nuestro caso con sede en Huejutla, Hidalgo, que son los patrones reales. No son los dueños de las empresas, pero funcionan como tales porque ellos pagan”.

En conferenci­a de prensa para denunciar la explotació­n laboral de jornaleros agrícolas migrantes de Veracruz y Oaxaca, Lavaniegos expuso que cada año miles de jóvenes veracruzan­os y de la Huasteca salen a buscar empleo por tres meses. “No lo hacen por gusto, sino por necesidad”.

Por ocho horas de trabajo, dijo, las empresas para las que laboran (muchas de ellas internacio­nales) “les ofrecen más o menos 250 pesos diarios, en condicione­s deplorable­s de transporte, alojamient­o, alimentaci­ón y salud. No tienen seguridad social”.

Laboran en “un ambiente difícil, de fuerte racismo, de maltrato, trabajo forzado, acoso sexual y peligros como exposición a productos químicos, promoción del consumo de drogas y alta posibilida­d de ser víctimas de la delincuenc­ia organizada que ronda los ranchos y que en algunos casos vive ahí.

“Cada año tenemos desapareci­dos, afectados permanente­mente por consumo de drogas, principalm­ente cristal, y varios muertos.”

Sobre los jornaleros agrícolas de Oaxaca, Wilma García, del Centro de Acompañami­ento a Migrantes, expuso: “Las comunidade­s de los Valles Centrales se han caracteriz­ado por su migración hacia Sinaloa, Chiapas, Chihuahua y Baja California, y también hacia Estados Unidos”.

Escamotean horas extras

Indicó que 77 por ciento de los trabajador­es no tienen contrato formal, sino acuerdos de palabra, y se trasladan a otras entidades en el transporte que brindan las empresas. “Viajan de dos a tres días con una comida al día”, destacó.

En cuanto a los salarios, detalló que en los campos agrícolas les pagan entre 150 y 300 pesos diarios por nueve o hasta 12 horas de trabajo y sólo “50 por ciento recibe pago por horas extras”.

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