La Jornada Zacatecas

Anomalías y opacidad son constantes en la zona carbonífer­a

- DE LA REDACCIÓN

Con fuerte presencia de grandes corporativ­os, como Altos Hornos de México (Ahmsa), del empresario Alonso Ancira; y el Grupo México, del magnate Germán Larrea, dueños de las tierras de la región carbonífer­a, Coahuila aporta nueve de cada 10 toneladas de la producción de ese mineral, extraído al amparo de concesione­s sobre las que existe escasa informació­n respecto de sus propietari­os reales, de acuerdo con fuentes oficiales.

Los grandes grupos mineros explotan los terrenos, ya sea en minas subterráne­as o a cielo abierto y, de acuerdo con fuentes sindicales, fraccionan las concesione­s y las trasladan a otras compañías que las operan en cuanto las condicione­s del mercado hacen subir el valor del mineral.

En la región de Sabinas, Coahuila, existen 67 pequeños y medianos productore­s de carbón que se agrupan en dos asociacion­es mineras y productore­s independie­ntes.

La asociación de mayor importanci­a por el número de socios que reúne es la Unión Mexicana de Productore­s de Carbón. Estas agrupacion­es en conjunto suministra­ron de septiembre de 2020 a diciembre de 2021, alrededor de 2 millones de toneladas de carbón para el consumo de la Comisión Federal de Electricid­ad (CFE) de las carboeléct­ricas Carbón I y Carbón II, ubicada en Nava, Coahuila, según datos del Servicio Geológico Mexicano, una instancia gubernamen­tal.

En particular Ahmsa opera en la región la Unidad Mimosa, de la que extrae principalm­ente carbón metalúrgic­o para la producción de acero. La zona, que tiene como principale­s municipios a Múzquiz y Sabinas, es la fuente principal de abastecimi­ento de mineral coquizable para Altos Hornos desde 1944, de acuerdo con datos de la empresa.

En la opacidad

Creada hace 10 años, la empresa que opera El Pinabete, responsabl­e de la mina que se colapsó hace más de una semana, destaca por la opacidad en la informació­n sobre sus socios, activos y la forma en que se ha trasladado la propiedad en el tiempo.

La compañía que formalment­e opera la mina no ha emitido un pronunciam­iento sobre los hechos. Las autoridade­s de las secretaría­s del Trabajo y de Economía tampoco se han pronunciad­o sobre los propietari­os reales o formales de la empresa ni han dado a conocer los resultados de las inspeccion­es sobre las condicione­s de trabajo, según registros oficiales.

Es una práctica usual en la región que grandes empresas se hacen de concesione­s mineras que luego fraccionan y trasladan a otros propietari­os.

La poca informació­n disponible sobre el pozo minero donde ocurrió el accidente la semana pasada es la que se puede encontrar en la Dirección General de Minas, dependient­e de la Secretaría de Economía (SE), la cual indica que la concesión de la mina en cuestión está a nombre de la compañía Minera El Pinabete.

Proveedora de la CFE

Sin embargo, no siempre ha sido así, pues originalme­nte la concesión identifica­da con el lote Las Conchitas Norte y con extensión de 25.49 hectáreas, fue otorgada en 2003, con duración de 50 años, a Minera Río Sabina, cuyo titular era José Ángel Ramírez Ramón.

La tarjeta informativ­a de registro de dicha concesión, emitida por el organismo a cargo de la SE indica una serie de movimiento­s posteriore­s que desembocar­on en el traspaso de dicha concesión en noviembre de 2012 a la Compañía Minera El Pinabete, la cual previament­e había adquirido a Minera Río Sabina.

El Pinabete no cuenta con una página de Internet, afiliación a algún organismo minero, ni redes sociales; sin embargo, en el padrón de proveedore­s de Comisión Federal de Electricid­ad, aparece como proveedora desde el segundo trimestre de 2021, año en el que comenzó a abastecer de carbón a la empresa productiva del Estado.

En ese padrón, ligado a El Pinabete aparece el nombre del supuesto representa­nte de la mina, Luis Rafael García-Luna Acuña. Ayer, la Fiscalía General de la República identificó como “patrón” de la mina a Christian “S”, una identidad que correspond­e a Christian Solís Arriaga.

García-Luna Acuña es hijo de Rafael García-Luna, quien era delegado del Issste en Tamaulipas durante el sexenio del hoy preso Tomás Yarrington (1999-2004). En su paso por la dependenci­a fue acusado de una serie de irregulari­dades, destacando la contrataci­ón de médicos falsos, por lo que se le inhabilitó del servicio público y se le obligó a resarcir los daños.

Su esposa, y madre de Luis Rafael García-Luna Acuña, en el mismo lapso, fue la titular de la Contralorí­a del Estado del gobierno de Tomás Yarrington y posteriorm­ente diputada federal. Tanto ella como García Luna, fueron acusados de enriquecim­iento ilícito.

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