¿Tienen sentimientos los animales?
Aprovechando el próximo festejo del 14 de febrero, decidimos investigar al respecto y nos encontramos que las posturas sobre este tema son diversas. La corriente más antigua, proveniente del siglo XVII, niega que los animales tengan la capacidad de desarrollar y demostrar sentimientos, sosteniendo que los humanos somos los únicos seres que actuamos de manera racional, y por ende, que la capacidad de pensar y sentir es exclusiva de nuestra especie. Afirman que los animales se comportan por instinto y conforme a patrones de acondicionamiento únicamente. En este sentido cabe reflexionar sobre el hecho de que los seres humanos tenemos también conductas guiadas por el instinto, la mayoría condicionadas a estímulos específicos. Desde otra perspectiva, hay científicos que afirman que los perros y gatos pueden experimentar emociones primarias como el bienestar, el miedo y la agresividad, pero que no son capaces de reacciones emocionales secundarias, tales como la culpabilidad, la venganza y la envidia, pues estas últimas requieren un alto grado de procesamiento mental, para lo cual el animal debe ser consciente de su propia mente y la existencia de la misma en otros animales. Sería interesante saber qué opinan de los perros que al primer descuido del guardián se escapan para atacar al sujeto que al pasar por la banqueta lo molesta intencionalmente.
Charles Darwin, en su época, señaló que la diferencia entre la inteligencia de los seres humanos y la de los animales era cuestión de grado, y no de clase, y que las distintas emociones se encuentran en forma incipiente y a veces bien desarrolladas en los animales, lo cual podría hacernos suponer que los sentimientos se encuentran presentes tanto en los animales como en las personas, pero se encuentran maximizados en nosotros y en menor grado en ellos.
Hoy en día, los expertos en la materia de conducta de animales – los etólogos – comparten esta postura con base en el estudio y los experimentos que les permiten aseverar que tanto los humanos como los animales poseemos las mismas estructuras y funciones neurológicas, por lo que los animales son capaces de desarrollar, sentir y demostrar emociones.
Seguramente muchos guardianes responsables – sin ser veterinarios, ser etólogos, psicólogos, filósofos o científicos – hemos sido testigo a través de los años del amor incondicional que nos brindan nuestros animales de compañía; hemos compartido sus miradas de agradecimiento al alimentarlos; hemos constatado su inteligencia y astucia para salir bien librados de diversas situaciones; e incluso hemos sido víctimas de miradas manipuladoras por conseguir algún premio, o simplemente nuestra atención. Independientemente de si científicamente tienen sentimientos tal como los conocemos, sí está comprobado que experimentan hambre, frío, calor, sed, miedo y angustia, por lo que como guardián responsable siempre será tu obligación procurar su bienestar.