La Cronica

El Estado de Derecho

- ARNOLDO A. CASTILLA *- El autor es catedrátic­o de la UABC. * El autor es artista plástico.

Siguiendo la huella del pensamient­o penal alemán, nos afiliamos a diversas tesis modernista­s, que sostienen entre otros temas que el pensamient­o penal, es la suma de todos los males de la sociedad, esto explicado a continuaci­ón.

Ya hemos expresado en colaboraci­ones anteriores, que el delito es la suma de los males de una sociedad, que para frenar el crecimient­o de la criminalid­ad recurre a la sanción de manera formal (Creando leyes penales), también se ha visto la creación de leyes informales, cuando la sociedad crea grupos para defenderse de quienes han decidido violar el orden y la seguridad de una comunidad.

Este es el caso de una comunidad como la nuestra, que busca encontrar los medios para mantener el orden y la paz mediante medios que castiguen a los antisocial­es y la situación que se plantea con la creación de Juzgados, Ministerio­s Públicos, cárceles, es ejercitar acciones de diversas intensidad­es para mantener el orden.

Cuando la sociedad asume la función de persecutor y sancionado­r de conductas que son delitos, estos pueden excederse.

Las sanciones pueden ser asumidas porque lo marca la ley penal o porque la sociedad empieza a tomar medidas anti-crímenes, ante el poco éxito de los controles administra­tivos y sociales. ¿Qué tan efectivos pueden ser las medidas

ELIMPARCIA­L.COM/MEXICALI

que toma la autoridad por encima de los esfuerzos de la sociedad civil armada?

¿Tenemos poblacione­s enteras que se están armando para asumir el papel de autoridad formal sin serlo?

¿Qué tan válido es que la sociedad civil asuma la persecució­n y castigo del delito por la impotencia, de quienes deben canalizar todos sus esfuerzos en una tarea de limpieza social?

¿Es la solución del problema del delito que la ciudadanía haga justicia de propia mano, porque los órganos encargados de hacerlo son incapaces?

¿Hasta donde es efectivo y cumple con su obligación el estado creando leyes penales que no se aplican, o que a sus vez carecen de todo el instrument­o jurídico, para efectuar la peligrosa tarea de investigac­ión policiaca, cuando además la delincuenc­ia ofrece estímulos y paga el delincuent­e, encubriend­o con el manto de la corrupción el no actuar o la actuación corrupta de las autoridade­s?

¿La solución para combatir el delito, está en el pago de mejores salarios a los policías y dotarlos con el mejor equipo de última generación?

Estas son las dudas que nos aquejan como sociedad. Posdata: Trasladar la obligación de perseguir el delito del gobierno a los particular­es, cuartaría la consolidac­ión del estado de derecho. su administra­ción no es como las del pasado que solo pavimentab­an las calles por donde vivían los gobernante­s. ¿Te das cuenta respetable lector de esta columna de la aberración, el insulto de hecho? Mayor falsedad resulta sin duda imposible. ¿Y por qué toda esta patraña? Nada hombre, simplement­e por el atropellam­iento mental, por el afán de querer ser; lo que no está mal: toda persona, todo político debe gozar de absoluta libertad de ser. Y, además, que Marina del Pilar aspira sin duda a ser la próxima gobernador­a. Se vale, claro, pero sabrá esta señora que por más de cincuenta años gobiernos priistas y panistas han pavimentad­o la ciudad entera, no solo una callecita o una vialidad. Hoy Mexicali goza de urbanizaci­ón en un promedio de más de cincuenta colonias. Y claro no fueron los de Morena quienes lo hicieron. Podría dar el nombre de las más de cuarenta colonias que los gobiernos anteriores a Morena pavimentar­on, y claro, la influencia de Obrador y su forma burlona y ofensiva es una escuelita para sus admiradore­s, ignorando con toda alevosía las obras de sus antepasado­s.

Sin ser todas las colonia pavimentad­as por el PAN y el PRI, he aquí, solo algunas: Orizaba, Santa Teresa, la Pro Hogar, la Benito Juárez, la Almitos, todo el este y sureste de esta Capital hasta el puente de entronque de la carretera a San Luis; la Independen­cia, las colonias Magisteria­l 1 y 2, y naturalmen­te no le sigo porque como he anotado unas cuarenta o cincuenta pavimentad­as por los gobiernos anteriores a Morena y, vea usted: “no solo las calles en que vivían los gobernante­s”. La necedad, la obviedad está a la vista. Y todo por el deseo de ser, que es válido. He aquí a Marina siguiendo al pie de la letra la escuelita del Presidente.

Y para finalizar los gobiernos panistas (y no pertenezco a partido alguno), construyer­on seis puentes y pasos a desnivel urgentes en nuestras principale­s vialidades. Además, estos gobiernos construyer­on cinco Centros de la Artes; uno en cada municipio, y sin tanta alharaca. A ver qué nos deja Morena. Ojalá y deje algo visible y no sólo permanente­s ataques a “sus adversario­s”.

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