Expansion (México)

EL PODER PARA HACER LA DIFERENCIA

La directiva habla de responsabi­lidad y de trabajo en equipo, un estilo de liderazgo que impulsa a quien se encuentra a su alrededor.

- POR: Gonzalo Soto

Ángela Gómez se levanta de su asiento en el restaurant­e de un hotel en Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México, y saluda con una sonrisa y un abrazo. Llegó temprano, varios minutos antes de la cita en un viernes caótico en la capital, en parte, porque sus nuevas oficinas están a ‘tiro de piedra’ de uno de sus restaurant­es más recurridos. Aunque lo regatea en un inicio, su conocimien­to del menú y la familiarid­ad que tiene con los meseros la delatan. Ella es así, discreta en ese tipo de cosas que tienen que ver más con uno mismo que con lo que proyecta su cargo: presidenta de SAP México. También es una de las mujeres poderosas de este país. Que la llamen así, dice, no la intimida y cuando explica qué representa ese estatus para ella, pausa un momento y luego se explaya, con un énfasis frecuente en el rol que tienen las personas que la rodean.

“El término ‘poderosa’ no es poder para mí”, asegura. “Lo veo como una responsabi­lidad con tu equipo, con la sociedad, contigo misma y que tienes los medios para hacer la diferencia, así lo interpreto”. Ingeniera en Sistemas y MBA por el Tecnológic­o de Monterrey, Gómez pasó 15 años en SAP al inicio de su carrera profesiona­l, en diversas áreas, incluyendo la vicepresid­encia de Servicios para México y Centroamér­ica. Posteriorm­ente, pasó a Safilo Group como presidenta para Latinoamér­ica y de ahí llegó a Grupo BAL, donde fungió como Chief Innovation Officer de El Palacio de Hierro, y convivió de cerca con Alberto Baillères, el fallecido líder de uno de los grupos empresaria­les más importante­s del país y de quien suele recordar anécdotas en sus conversaci­ones. En enero de 2021, con la pandemia todavía en apogeo, Ángela Gómez realizó en Zoom las entrevista­s que le valieron volver a su antigua casa en SAP.

LÍDER DE EQUIPOS

La empresa alemana es una de las tecnológic­as más importante­s del planeta (y una favorita de los contadores). Por sus sistemas pasa alrededor del 77% de las transaccio­nes del mundo y solo en México tiene más de 9,800 clientes y atiende 25 industrias. En total, 1,200 personas están bajo el liderazgo de Gómez.

Ese equipo, insiste, es uno de los pilares de su éxito. Sí, es un lugar común que los líderes hablen de sus colegas como parte fundamenta­l de los resultados positivos, pero, en el caso de ella, varios de sus colaborado­res hablan de

su dirección asertiva y, sobre todo, de su voluntad para escucharlo­s.

En SAP mantiene prácticas habituales de negocios, como los kick offs y las juntas trimestral­es, pero también tiene consejos extendidos con otros colaborado­res para evaluar los resultados y los proyectos de la empresa.

“Se trata de ver entre todos qué estamos haciendo bien y qué hacemos mal”, explica. “En México, ‘mal’ es una palabra muy fuerte. Se suele decir: ‘Dime qué estoy haciendo bien y cuáles son mis áreas de oportunida­d’. No son solo áreas de oportunida­d, es que estoy haciendo algo mal”. Gómez reflexiona constantem­ente a lo largo de la comida, que ahora acompaña con un poco de vino, sobre su rol como cabeza en México de unas las empresas de mayor impacto en los negocios a nivel global y su camino para llegar ahí.

En su primera etapa en SAP, buscó roles de liderazgo de equipos, aunque no fueran parte de su trabajo, para generar la experienci­a y las credencial­es suficiente­s y levantar la mano cuando se diera una oportunida­d de crecimient­o laboral. Esa es una lección que suele comentar con su gente.

“A veces, alguien me dice que quiere una posición de liderazgo, pero no ha hecho todavía el esfuerzo para que, desde donde está actualment­e, muestre que lo puede hacer”, dice. “También es un tema de mentoría”.

Gómez, al igual que el 86% de las mujeres poderosas que integran el ranking de Expansión este año, realiza personalme­nte esas mentorías.

‘Gris’, ‘Adriana’, ‘Raquel’, ‘Eva’... esos nombres y los de otras mujeres en su círculo cercano de colaborado­res y del liderazgo de SAP son comunes en sus conversaci­ones, lo mismo que los programas para identifica­r al talento joven y a las mujeres que pueden tener un crecimient­o en la compañía. Ella, afirma, le da seguimient­o a esas promesas del futuro.

Su rol al frente de una empresa del tamaño y del alcance de SAP la han llevado a tener una mayor exposición en México. A la reciente inauguraci­ón de las nuevas oficinas de SAP acudió la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, con quien dio unas palabras. Los reconocimi­entos a su trayectori­a y a su gestión profesiona­l también se acumulan y, sin embargo, ella asegura que eso no la cambia.

“Creo que sigo teniendo los pies en la tierra”, afirma. “Y mantengo un balance de vida”. Madrugador­a, procura caminar entre seis y siete kilómetros a paso acelerado por las mañanas a manera de ejercicio, mismo que complement­a con pilates. Su esposo, con quien lleva casada un cuarto de siglo, su hijo pequeño y el resto de su familia son también parte esencial de ese balance que tanto recomienda. Los fines de semana procura comer en algún restaurant­e y, como la mayoría, disfruta viajar a sus destinos favoritos: la playa y San Francisco, California. También es una amante del arte popular mexicano y, de hecho, es dueña de una tienda que adquirió de Fonart. Antes de partir, y con el café casi terminado, Gómez vuelve al tema del liderazgo y el rol de las mujeres en las empresas. Normalizar que están en posiciones de poder y que entregan resultados en sectores o industrias técnicas tiene que ser visto como algo común y así empujar que haya más historias como la de ella y otras mujeres que transforma­n este país todos los días.

“Es hacer las cosas con pasión y dejar huella”, dice. “Con el liderazgo, sin importar si eres hombre o mujer, cambiar el entorno, a los colaborado­res, los resultados”. Positiva en varios temas de género, considera que la suya es una historia replicable y, por ello, es un gran punto de partida para encontrar a más mujeres poderosas, y empoderada­s, en sitios donde no tienen actualment­e la visibilida­d, pero que con un poco de ayuda y mentoría pueden surgir con fuerza. “Yo creo que estamos en un momento muy importante y es un orgullo y una gran responsabi­lidad apoyar y poner el ejemplo para que más mujeres crezcan”, afirma Ángela Gómez. “Es un buen momento y una gran oportunida­d”.

A VECES, ALGUIEN ME DICE QUE QUIERE UNA POSICIÓN DE LIDERAZGO, PERO NO HA HECHO TODAVÍA EL ESFUERZO PARA QUE, DESDE DONDE ESTÁ ACTUALMENT­E, MUESTRE LO QUE PUEDE HACER. TAMBIÉN ES UN TEMA DE MENTORÍA.

SE TRATA DE VER ENTRE TODOS QUÉ ESTAMOS HACIENDO BIEN Y QUÉ HACEMOS MAL. (...) EN MÉXICO , ‘MAL’ ES UNA PALABRA MUY FUERTE. SE SUELE DECIR: ‘DIME QUÉ ESTOY HACIENDO BIEN Y CUÁLES SON MIS ÁREAS DE OPORTUNIDA­D’. NO SON SOLO ÁREAS DE OPORTUNIDA­D, ES QUE ESTOY HACIENDO ALGO MAL.

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