NADIE PENSABA QUE LOS PRIMEROS PETROLEROS PRIVADOS EN MÉXICO IBAN A SER UNOS TIPOS COMO NOSOTROS TIM DUNCAN, PRESIDENTE DE TALOS ENERGY
La empresa tenía cinco empleados hace cinco años. Ahora acaba de realizar el primer descubrimiento en el país al margen de Pemex. Así es como lo logró.
EN UN CONSORCIO CON SIERRA OIL Y PREMIER OIL, LA EMPRESA GANÓ LA PRIMERA LICITACIÓN TRAS LA REFORMA ENERGÉTICA. AHORA YA LOGRA RESULTADOS.
En los negocios petroleros hay dos momentos que te quitan el aliento, cuenta Tim Duncan, fundador, presidente y CEO de la firma estadounidense de exploración y producción Talos Energy. El primero es durante las licitaciones, cuando compites para ganar bloques petroleros, y donde el margen entre la victoria y la derrota a menudo es mínimo. Y el segundo ocurre durante las primeras perforaciones, cuando “por fin te das cuenta de si lo que has ganado es algo especial”. La compañía de Duncan –que antes había fundado, expandido y vendido otras empresas del sector, como Phoenix Exploration– apenas nació en 2012, con cinco empleados, y llegó a México en 2014, pero ya ha vivido esos dos momentos en el país. En un consorcio con Sierra Oil & Gas y Premier Oil, donde es el socio operador –el que hace los trabajos de campo–, fue el único ganador en la primera licitación a petroleras privadas de bloques mexicanos, la Ronda 1.1, que se celebró en julio de 2015. Y ahora, el consorcio acaba de realizar con éxito la primera perforación exploratoria en uno de los dos bloques que ganó, en aguas poco profundas del golfo de México, a pocos kilómetros de la costa entre Veracruz y Tabasco. El proceso en el pozo llamado Zama-1 duró varios días, y Duncan y su equipo lo siguieron desde sus oficinas de Houston, comiendo alitas de pollo, bebiendo cerveza y mirando una pantalla en la que un par de líneas verticales iban de arriba abajo. Su esperanza era que se movieran de repente hacia los lados, lo que indicaría que la perforación en las rocas había encontrado crudo. “De repente, esas rayas se movieron como locas”, afirma Duncan. Así, Talos, que ya cuenta con 200 empleados, ha comprobado que, en efecto, en ese bloque hay petróleo. Y mucho petróleo. “Su valor es al menos entre 2 y 2.5 veces lo que habíamos pensado”, señala el directivo. EXPANSIÓN: ¿Cuál es la importancia de este descubrimiento? TIM DUNCAN: Son muchos factores. La edad de la geología es más joven que la que pensábamos, las rocas se ven mejores de lo que creíamos, la sísmica ha resultado mejor de lo que esperábamos… Todos ésos son grandes hallazgos. Porque cuando empezamos aquí, había la concepción de que la geología sería dura, las rocas serían difíciles, el crudo sería pesado… Ésas eran suposiciones que Zama ha contradicho. No sólo es un gran descubrimiento, sino que desde una perspectiva geológica, comercial y de negocio ha excedido, por mucho, las expectativas, las nuestras y las de aquellos que están observando el desarrollo de la reforma en México. Y eso va a traer más capital y más participantes al país, y va a crear más empleos y proporcionar más recursos para el Estado. E: ¿Qué se ha descubierto exactamente? TD: Un crudo ligero, con algo de gas asociado, con unas reservas totales de entre 1,400 y 2,000 millones de barriles (Pemex produce ahora unos dos millones de barriles al día). Eso no quiere decir que toda esa cantidad sea petróleo recuperable. Tenemos que trabajar para descubrir cuánto de eso es recuperable. Pero si miras las propiedades de las rocas, que son mejores de lo que anticipábamos, o del crudo, que es un poco más ligero de lo que esperábamos, todo apunta a que va a ser un pozo más fácil de desarrollar y que va a tener mejores tasas de recuperación y a durar por años y años. Estamos hablando de décadas. Lo más interesante es que se encuentra en aguas poco profundas. Trion es un descubrimiento fantástico, y creo que BHP Billiton (la empresa que trabajará junto a Pemex en este primer proyecto mexicano de aguas profundas) va a hacer grandes cosas, pero está en aguas ultraprofundas. Nosotros estamos en aguas someras, y por eso no va a ser tan difícil de explotar. Va a ser caro, sí, pero será una fracción de lo que cuesta operar en aguas profundas. Será mas fácil empezar a producir, será más rápido y el pozo durará, probablemente, más tiempo.
E: Recientemente, los dirigentes de Morena dijeron que no se ha descubierto nada, pues Pemex ya tenía datos que indicaban que ahí había petróleo. ¿Puede aclarar esto?
TD: No quiero verme envuelto en política, así que sólo diré que un descubrimiento no es un descubrimiento hasta que alguien lo confirma. Un activo no se vuelve un activo hasta que hay capital desplegado en él, y no había capital invertido en estos bloques. Tienes que perforar el pozo, que gastar el dinero y que desarrollar el activo. Por eso existe la reforma energética, para que puedan desarrollarse más recursos, porque Pemex no puede hacerlo todo. No es su culpa: ninguna empresa en el mundo podría hacerlo todo, es imposible para una sola operar yacimientos de este tamaño. E: ¿Cuándo veremos que Zama-1 ya produce petróleo? TD: Tenemos que entender exactamente qué necesitamos construir, cuántas perforaciones vamos a hacer, saber si Zama va a requerir 10 o 20 pozos. Debemos analizar todo eso, y a partir de ahí es cuando llegas a tu decisión final de inversión, donde ya estableces qué plataformas y de qué tamaño vas a necesitar, cuánta gente, qué proveedores… Eso va a tomar más tiempo. Cuando lleguemos a esa situación, que esperamos que sea a principios de 2020, tomará otros tres o cuatro años más empezar a producir, a partir de ese momento.
E: Repasemos la historia que ha llevado a este momento. ¿Cómo se prepararon para la licitación en la que ganaron estos bloques petroleros? TD: Llegamos al país en 2014, y no teníamos ninguna experiencia en México. Teníamos un gran equipo técnico y ope-
rativo, mucho talento en las áreas de geología y de ingeniería, pero no teníamos ninguna historia en el mercado local ni experiencia lidiando con el gobierno federal. Por eso buscamos formar parte de un consorcio. En ese sentido, Sierra Oil es un gran socio porque nos permite tener el conocimiento local, cómo funcionan las cosas, los detalles de las propias reformas, cómo prepararnos para las licitaciones. Y Premier también es un buen aliado porque tiene un portafolio internacional en distintos lugares del mundo, y nosotros no teníamos ninguna actividad fuera de Estados Unidos. Eso nos daba, por un lado, capacidad internacional y, por el otro, recursos locales. Luego, la CNH había puesto a disposición de todos los participantes suficiente cantidad de información sísmica, y el consorcio puso a sus geólogos a estudiarla. De esa manera empezamos a analizar cuáles eran las mejores oportunidades. E: ¿Qué les atrajo de esos bloques? TD: En el lado estadounidense del golfo de México operamos más de 100 bloques: es más de medio millón de acres en el golfo de México, donde producimos cerca de 30,000 barriles de petróleo al día. La geología y la geofísica de los bloques mexicanos concordaban con aquello a lo que estábamos acostumbrados en Estados Unidos. Por eso nos interesó. Esos bloques representan 165,000 acres, así que podemos manejar ese tamaño. E: En esa primera licitación fueron los únicos ganadores. ¿Les sorprendió? TD: Conocíamos muy bien esos bloques que nos interesaban, sabíamos que la oportunidad era interesante y teníamos la sensación de que estaría muy competido. Así que sí estuvimos sorprendidos por la poca participación. Los requisitos mínimos que estableció el gobierno llegaron un poco tarde –luego, la CNH arregló rápidamente ese tema y es parte de una evolución natural en este tipo de concursos– y eso quizá limitó el número de ofertas. Estoy seguro de que el gobierno esperaba que ganara una gran compañía global, pero terminó con unos tipos como nosotros. Sin embargo, creo que hemos probado que tipos como nosotros son capaces de llevar a cabo el trabajo. E: ¿Qué han hecho en estos dos años en esos bloques? TD: Primero ganamos, luego firmamos los primeros contratos de producción compartida en la historia del país, después tomamos la base de datos sísmicos y la reprocesamos, la pusimos en imágenes, y también conseguimos todos los primeros permisos, los medioambientales, los de impacto social. Más tarde ya decidimos los lugares para realizar los primeros trabajos en los pozos de exploración, probablemente, los primeros en el mar hechos en México por el sector privado. Ésa es mucha actividad para dos años, y es importante señalar que, incluso aunque quizá no seamos el tipo de empresa que todo el mundo esperaba que fuera la ganadora en la Ronda 1.1, no estoy seguro de que las compañías más grandes hubieran podido hacer esto tan rápidamente. E: ¿Cuáles son los principales retos que han enfrentado? TD: Los retos los hemos tenido que afrontar junto con el gobierno, por el hecho de ser los primeros. Por un lado, el gobierno ha estado intentando descubrir cuál debe ser el tamaño adecuado de sus agencias reguladoras del sector, y las agencias están tratando de descubrir de qué son capaces, y nosotros estamos tratando de ver cómo integrar el contenido local de una manera correcta. Todo esto lo experimentamos todos por primera vez. Pero no han sido retos demasiado frustrantes. Sabíamos que iba a ser difícil, y teniendo eso en cuenta, nos hemos visto agradablemente sorprendidos. E: ¿Qué opina de ese tema del contenido local obligatorio, que deben cumplir con proveedores mexicanos? TD: El gobierno vio lo que ha pasado en otras jurisdicciones, como Brasil, y ha hecho bien en no querer forzar su inclusión demasiado pronto. Cuando buscamos proveedores de servicios locales, tenemos que analizar cuál es su historial, en qué son buenos, quiénes son sus dueños, cuál es su trayectoria en seguridad medioambiental… Igual que hemos hecho durante años con compañías estadounidenses. Por eso lleva tiempo integrar el contenido local, y el gobierno ha hecho un buen trabajo poniendo un requisito menor para los test de exploración, que ya hemos excedido por mucho. Ahora estamos aprendiendo cómo integrar más contenido local según avanzamos a la fase de desarrollo, donde los requisitos son mayores. E: En las últimas licitaciones no han tenido éxito. ¿Lo seguirán intentando? TD: Sí. A medida que ha habido más información sísmica y geológica disponible, y que la CNH fue más receptiva a las sugerencias del sector privado, a los requisitos mínimos, más empresas se han interesado por México. Ésa es una de las razones por las que quisimos entrarle desde muy pronto. Hemos hecho pujas interesantes, con buenos consorcios, pero cada vez hay más competencia. En la Ronda 2.1 perdimos por poquísimo margen en un bloque. Ganar una licitación es realmente un juego de suerte, y sigues participando hasta que llega el día en que lo consigues.