Solidaridad internacional
• Con motivo de la pandemia, el gobierno de México ha reclamado la práctica de una genuina solidaridad internacional en el abasto y distribución de las vacunas contra el Covid. Los países que inventaron y ahora fabrican las inmunizaciones han optado, cosa natural, por vacunar primero a sus ciudadanos y una vez que logren ese cometido, esparcir las dosis a otras regiones del mundo. El ritmo de vacunación que lleva Estados Unidos permitirá que en el segundo semestre de este año, el suministro alcance a países que sufren de escasez de vacunas como es nuestro caso.
El llamado de México cobra fuerza en la medida en que el coronavirus solamente puede enfrentarse con una estrategia y unas medidas igualmente globales. De ahí que resulte tan contrastante la postura de México en materia de cambio climático. Al igual que la peste del Covid, el acelerado deterioro del medio ambiente es un asunto de preocupación universal. Sin embargo, en este capítulo, México no suma su voz ni sus acciones a los esfuerzos de la comunidad internacional para contener el calentamiento de la atmósfera.
En la reciente cumbre virtual de mandatarios, México no sólo omitió convocar a la solidaridad internacional, sino que subrayó el descubrimiento de nuevas fuentes de energías fósiles, las mismas que el resto del mundo pretende abandonar.