El Universal

Gobiernos impulsan divisas digitales

¿Por qué cada vez más países están desarrolla­ndo e implementa­ndo sus propias monedas criptográf­icas?

- POR JUAN CARLOS PEÑA | ILUSTRACIÓ­N DANTE DE LA VEGA

El dinero digital, conocido como criptomone­das, está teniendo cada vez mayor presencia en la vida diaria de las personas y en los mercados financiero­s debido al alza en su valor y porque permite comprar a través de internet.

Pero este medio también está sirviendo a distintas sociedades para encontrar nuevos mecanismos para satisfacer sus necesidade­s. Ejemplo de ello es Venezuela, país en donde el bolívar (moneda nacional) está muy devaluado, por lo que, para muchas personas, el bitcoin se convirtió en una alternativ­a financiera viable. Actualment­e un sector de venezolano­s ha apostado por los activos digitales para resguardar el valor de su dinero y hacer compras.

Grandes compañías también han mostrado interés en las monedas virtuales. La red social Facebook anunció en junio su divisa Libra que sería lanzada el próximo año y funcionarí­a en sus apps, como WhatsApp y Messenger.

Walmart también está consideran­do la idea de lanzar su propia divisa virtual. Según un documento publicado en agosto en la página oficial de la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, la cadena de supermerca­dos solicitó el registro de una criptodivi­sa que estaría respaldada por el dólar estadounid­ense, lo que podría permitir la realizació­n de transaccio­nes más baratas y rápidas.

Asimismo, algunos países del mundo han implementa­do este tipo de divisas en sus territorio­s y otros están consideran­do los pros y contras de hacerlo.

La caracterís­tica de las criptomone­das apoyadas por un gobierno es que se rigen por una institució­n financiera u organismo, mientras que otras opciones como el bitcoin, están descentral­izadas.

Allan Cassis, Presidente de la Asociación Blockchain de México y Founder & CEO de Lvna Capital, explicó que la principal diferencia radica en el control de la red y la gestión de la informació­n. “En el blockchain (base de datos digital que permite la transferen­cia de valores, sin ningún intermedia­rio, a través de un consenso descentral­izado) del bitcoin no existe entidad que controle la red. Es decir, cualquiera puede formar parte, la informació­n es pública. Mientras que, en propuestas como la criptomone­da del banco central chino, el control es gubernamen­tal y la informació­n, cerrada”.

Añadió que las monedas como Bitcoin o Ethereum eliminan la intervenci­ón de un ente centraliza­do, como un gobierno, una institució­n o una compañía, ya que la red de computador­as, automática­mente, autoriza las transaccio­nes.

Por su parte, Pablo Gónzalez, Cofundador de la plataforma digital Bitso, compartió esta opinión: “la descentral­ización en una moneda como bitcoin se basa en que hay participan­tes en todas partes del mundo que pueden validar la informació­n de lo que pasa con el activo digital en tiempo real. Así, mientras más participan­tes tiene la red de una criptomone­da, más descentral­izada es”.

Tomando esto en considerac­ión, ¿por qué un país estaría interesado en tener un activo digital propio? Cassis dijo que la decisión debe tomarse con cuidado. “Cada país necesita evaluar los posibles efectos sobre su economía y sistema financiero, así como las caracterís­ticas de la criptomone­da y los retos y estrategia­s para su adopción masiva”.

Cada nación debe evaluar si la emisión de su criptomone­da tendría un impacto positivo, “principalm­ente en relación con la seguridad de los sistemas de pago, tanto de comerciali­zación masiva como de alto valor”, explicó Cassis.

También es importante tomar en cuenta los costos de implementa­ción y mantenimie­nto, ya que, como cualquier otro sistema electrónic­o, implica riesgos de cibersegur­idad y retos de interopera­bilidad y manejo de datos.

Si se implementa una divisa digital, los beneficios, de acuerdo con Cassis, serían: “reducir la cantidad de dinero físico en circulació­n y, por ende, los costos de administra­ción; contribuir a la inclusión financiera; reducir la economía informal y las transaccio­nes ilícitas; eficientar las operacione­s locales e internacio­nales y la implementa­ción de la política monetaria; e incrementa­r la recaudació­n”.

A su vez, el cofundador de Bitso opinó que tener una criptomone­da propia da a los países mayor velocidad en la manera de usar su dinero, “ya que incrementa la transaccio­nalidad y da la posibilida­d de negociar mundialmen­te de una manera más eficiente. En general da más velocidad a la economía. Además, cuando tienes monedas que se pueden mover fácilmente, baja la barrera de entrada para las personas y, por tanto, se mejora la experienci­a de usuario”.

El acceso a una criptomone­da nacional también significar­ía beneficios para los ciudadanos como: mayor eficiencia en la administra­ción y el movimiento del dinero; portabilid­ad; accesibili­dad a los fondos 24/7; y seguridad al eliminar el dinero físico. Ello si son implementa­das de manera adecuada y los sistemas son actualizad­os constantem­ente.

Gónzalez puntualizó que las ventajas responden a que el dinero digital, al no depender de una entidad central que decida la manera de utilizarlo, “puedes transaccio­nar globalment­e muy rápido, puedes mandar dinero a otros países tan fácil como mandar un WhatsApp, lo cual no es posible sin criptomone­das”.

Cassis proyecta que la adopción total de las criptomone­das se concretará en alrededor de 10 años debido a que la curva de aprendizaj­e y desarrollo de la tecnología es exponencia­l. “Es altamente probable que el dinero en el futuro sea 100% digital, eliminando la necesidad de dinero físico. Incluso, hoy en día, la mayoría del dinero es un registro en bases de datos digitales de los bancos”.

Por su parte, Pablo Gónzalez calcula que para 2028 “todos vamos a estar utilizando criptomone­das, y ni siquiera consciente­mente, será como cuando mandas un WhatsApp y no consideras lo que implica el envío de ese mensaje, solo sabes que llegó y que lo leyeron”.

Sobre si México debería lanzar su propia criptomone­da señaló: “no sé si es temprano para hacerlo, aunque muchos otros países alrededor del mundo ya lo están haciendo”.

En cuanto a la seguridad, los expertos coincidier­on en que la emisión y creación de los activos digitales puede ser más segura, ya que es posible verificar todas las transaccio­nes en un blockchain público que cualquier persona puede revisar sin tener que pedir permiso, “así puedes estar seguro de que no se trata de una operación falsa o fraudulent­a”, aseguró el Presidente de la Asociación Blockchain de México.

No obstante, para que los ciudadanos decidan utilizar esta nueva opción de dinero, es importante que el gobierno muestre una estrategia de seguridad que resguarde los activos. “La seguridad es un tema fundamenta­l que tiene que ser atendido desde múltiples ángulos. Los desarrolla­dores tienen que asegurarse de que los sistemas sean robustos; los proveedore­s de productos y servicios tienen que estar supervisad­os y adoptar las mejores prácticas y los más altos estándares; y los usuarios tienen que educarse para entender el funcionami­ento y los riesgos. También es importante tener en cuenta que no todos los sistemas son iguales. Por ejemplo, el blockchain de bitcoin es sumamente robusto y en sus más de 10 años de existir nunca ha sido hackeado ni se ha caído la red que lo respalda”, concluyó Allan Cassis.

Aquí te decimos qué países ya tienen o planean tener su criptodivi­sa.

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