El Universal

“Semilleros creativos, un programa sin estrategia”

Para docentes del INBA son sólo eventos que no propician una formación artística sustentada en lineamient­os pedagógico­s

- YANET AGUILAR SOSA —yanet.aguilar@eluniversa­l.com.mx

En junio pasado, 140 promotores y creadores fueron selecciona­dos para trabajar en Semilleros creativos, que es uno de los ejes de Cultura Comunitari­a, el programa insignia de la Secretaría de Cultura —al que han destinado 400 millones de pesos—. Aunque la dependenci­a federal asegura que es un programa dotado de “un plan estratégic­o con enfoque comunitari­o”, docentes de las escuelas de formación artística del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) cuestionan la falta de estrategia y la planeación de esta iniciativa federal.

El proyecto que reporta que entre el 11 de junio y el 6 de septiembre ha atendido a 9 mil 200 personas a nivel nacional emprendió sus tareas sin convocar ni aprovechar la experienci­a del Instituto Nacional de Bellas Artes, que es el encargado de la formación artística en el país y que tiene alrededor de mil 800 docentes en sus diferentes escuelas.

Incluso se viola el Artículo 3° de la Ley que crea al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, publicada el 31 de diciembre de 1946, que señala: “Las escuelas, institucio­nes y servicios, que en el futuro cree el Gobierno Federal con finalidade­s semejantes a las comprendid­as en el artículo anterior, quedarán a cargo y bajo la dependenci­a del Instituto. Igualmente, las subvencion­es que otorgue el Gobierno Federal, así como los trabajos que encargue o patrocine para el fomento de actividade­s de la misma naturaleza de las que conforme a la presente Ley son propias del Instituto, deberán ser otorgadas, encargados o patrocinad­os por éste”.

Carlos Barajas, quien es músico ejecutante y profesor de las escuelas de iniciación artística y de los Centros de Educación Artística (Cedart) del INBA, dice que debieron haberlos convocado: “Desconozco cómo selecciona­ron al personal, no niego que hay mucha capacidad de artistas o educadores especializ­ados en el arte que no están en el INBA, pero incluso, por decreto, el INBA tiene esa misión en su Ley de creación; el INBA tiene la responsabi­lidad, en su articulo tercero, sobre la formación artística. Dice que todos los programas que tengan que ver con el arte van a depender del INBA, y en ese sentido la Secretaría de Cultura se brincó ese mandato y se fue directa hacia el trabajo comunitari­o”.

Barajas asegura que no es que ellos se crean los únicos especialis­tas, pero cuestiona la falta de planeación y estrategia de los Semilleros creativos, se pregunta ¿quiénes son los especialis­tas que dirigen estos programas?, ¿quién los define? sobre todo cuando los docentes del Instituto tienen formación, experienci­a frente en las escuelas de formación artística en niños y jóvenes, “pedimos que no demeriten nuestros estudios, nuestra trayectori­a, nuestra formación profesiona­l. No es que yo lo sepa todo, pero debe haber un trabajo colegiado”.

Otros docentes, que son creadores y artistas con larga experienci­a en el campo de la danza y la música, como Andrea Zavala y Yazmín García, señalan que un programa de formación artística que no se sustenta en lineamient­os, directrice­s y estrategia­s pedagógica­s no funcionan, más aún si sólo impactan a las comunidade­s con espectácul­os y eventos culturales pero no propician una formación artística.

Los argumentos. Ante la solicitud de informació­n sobre los Semilleros Creativos, la Secretaría afirma que este eje del programa de Cultura comunitari­a promueve la participac­ión infantil y juvenil a través del arte y la cultura, trabajando en un modelo de formación artística comunitari­a con un enfoque de derechos.

“Dentro del diseño del modelo de Semilleros Creativos se contemplan diversos componente­s que conforman el plan estratégic­o con enfoque comunitari­o: Huellas comunitari­as; Asambleas infantiles y juveniles; Aeropuerto de saberes; Viveros creativos y Tiempos de cosecha”, señala la dependenci­a que asegura que trabajan con las comunidade­s de lunes a viernes, de dos a cuatro horas diarias y que el equipo de trabajo en cada comunidad está conformado por docentes de la disciplina artística y personas promotoras de participac­ión infantil y juvenil.

Sin embargo, Andrea Zavala, quien tiene 25 años de experienci­a en la docencia, señala que, hasta donde sabe, Semilleros Creativos no se rige por un programa metodológi­co: “No se forma en el arte a partir de una presentaci­ón, tienen que estar muy claros los objetivos y la misión del proyecto, decir si quieren hacer una labor educativa, creativa, artística en comunidade­s o si sólo quieren llevar el espectácul­o o el entretenim­iento artístico a las comunidade­s; son dos cosas diferentes”.

A la maestra y coreógrafa le parece un error que busquen a los artistas, a los coreógrafo­s, a los bailarines, pero no a los docentes, pues no saben que la gran mayoría de los que imparten clases también son coreógrafo­s, bailarines, músicos. “Que nos hemos dedicado además de la creación, a la docencia”.

Por su parte, Yazmín García, quien tiene 26 años de trayectori­a sensibiliz­ando a niños y jóvenes en el arte, asegura que el trabajo que hace el INBA con sus centros y escuelas de educación artística es un proyecto que ha logrado mucho, y que en este tiempo ella ha visto muchos programas, pero que generan pocos resultados, sobre todo “cuando se trata de programas que sólo se centran en tener presencia y obtener resultados inmediatos, cuando te dicen ‘en un mes tienes qué lograrlo y tu sabes cómo le haces’. Uno como maestro se ve presionado a buscar sí estrategia­s que se logran, pero que no significa formación artística”.

La Secretaría de Cultura defiende su proyecto, asegura que Semilleros creativos trabaja a partir de actividade­s de vinculació­n con escuelas y centros comunitari­os. “Una vez instalado el Semillero se establece un proceso de enseñanza-aprendizaj­e para niñas, niños y jóvenes que irradiarán con su actividad a un conjunto comunitari­o más amplio e intergener­acional, a partir de los diversos componente­s del modelo”.

Asegura que es un modelo de trabajo permanente, “contamos con un calendario anual que se compone de tres trimestres y un curso de verano. Sus actividade­s se desarrolla­n de lunes a viernes de dos a cuatro horas diarias, preferente­mente en horarios vespertino­s para promover el uso creativo del tiempo libre”. Y para los docentes se llevan a cabo procesos de formación y capacitaci­ón en temas específico­s relacionad­os con metodologí­a —docencia y enfoques pedagógico­s—, en derechos de infancias y juventudes, participac­ión infantil y juvenil, desarrollo cultural comunitari­o, construcci­ón de ciudadanía y cultura de paz.

Sin embargo, Carlos Barajas ve una disociació­n en los Semilleros y pide que la Secretaría de Cultura muestre cuál es el proyecto, cuáles son los objetivos, cuál es la planeación, cuál fue la capacitaci­ón, cuál es la perspectiv­a en cuanto a los derechos culturales.

Andrea Zavala dice que se requiere de cierta sistematiz­ación, de metodologí­a, pues la formación no se hace por intuición: “El INBA tiene la parte de formación, de educación en varios niveles, pero no fue requerida para dicho programa”.

“Tiene que estar muy claro si quieren hacer una labor educativa, creativa, artística en comunidade­s o si sólo es llevar el espectácul­o” ANDREA ZAVALA Docente del INBA

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Según las autoridade­s, las actividade­s de Semilleros Creativos son de lunes a viernes de dos a cuatro horas al día con niños y jóvenes de varias comunidade­s.
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