El Universal

EU: la prensa y el poder, una relación envenenada

- Por ENRIQUETA CABRERA Periodista, analista internacio­nal

Alo largo y ancho de Estados Unidos 350 periódicos grandes y pequeños respondier­on a los ataques del presidente Trump durante 18 meses, acusándolo­s por el simple hecho de hacer el trabajo que correspond­e a los medios de publicar noticias falsa (cuando no le gustan) y de ser “enemigos del pueblo”. Algo que nunca antes se había visto, a pesar de etapas en las que hubo gran tensión entre el poder representa­do por el presidente y los medios. Ningún presidente en la historia de EU acusó a la prensa de ser enemigos del pueblo, en una guerra política declarada. Es cierto que compleja, tensa, intrincada ha sido en EU la relación entre el poder y una prensa fuerte e independie­nte sostenida en la Primera Enmienda a la Constituci­ón de 1787que establece como parte esencial de la democracia la libertad de prensa.

Baste recordar tres o cuatro coyunturas: (1) la lucha por los derechos civiles a fines de los años cincuenta y sesenta cuando la televisión en EU comenzó a transmitir lo que acontecía con la discrimina­ción a los afroameric­anos y la dura represión con que eran golpeadas las pacíficas manifestac­iones que exigían igualdad de derechos y no segregació­n racial. (2) la guerra de Vietnam y los Papeles del Pentágono, la radio, la televisión y la prensa escrita reportaron lo que acontecía en una guerra perdida para Estados Unidos en la que murieron decenas de miles de jóvenes. Los Papeles del Pentágono desenmasca­raron lo que el gobierno sabía y prolongaba su presencia en Vietnam lo que tenía elevados costos humanos y económicos en una guerra imposible de ganar. El New York Times publicó las filtracion­es de documentos oficiales que mostraban que la guerra no se podía ganar, la Suprema Corte exigió que cesara la publicació­n bajo considerac­iones de Seguridad Nacional,

El Washington Post, encabezado por Katherine Graham, tomó la decisión continuar la publicació­n de la informació­n arriesgánd­olo todo. La Suprema Corte tomó otra resolución acorde con la Constituci­ón y abrió la posibilida­d de que continuar ala publicació­n de la documentac­ión filtrada. En aquel entonces,otros muchos diarios E U publica ron también la informació­n de los documentos filtrados. Las manifestac­iones contra la guerra se fortalecie­ron y contribuye­ron a las negociacio­nes y la decisión de EU de retirarse de Vietnam.

(3) En los años setenta (1972) dos reporteros, Woodward y Bernstein del Washington Post hicieron una investigac­ión sobre el espionaje político electoral conocido comoWat erg a te que involucrab­a al presidente y que llevó alimp ea ch menty ala renuncia del presidente Nixon. La directora del diario dio luz verde a la publicació­n de la informació­n recabada. Y, sin embargo, en estas duras coyunturas el presidente Nixon nunca llamó falsa a la informació­n que se publicaba tampoco dijo que el diario era un enemigo del pueblo. No fue fácil para los diarios y para sus directivos publicar la informació­n, que no podían ocultar, su obligación estaba con sus lectores y los estadounid­enses y con el país. Ese era el ejercicio de la libertad de expresión.

Hoy, tras la publicació­n de 350 editoriale­s en diarios grandes y pequeños en defensa de la libertad de prensa, nuevamente el pre si denteTrump re dobla sus ataques a través de Twitter: “El hecho es que la prensa es libre para escribir y decir todo lo que lo que quieran, pero mucho de lo que dicen son noticias falsas, empujando una agenda política o sólo tratando de lastimar a la gente. La honestidad gana. Acusa a la prensa de ser partidaria. Pero tal vez lo mas grave es que de acuerdo con sondeos cuenta con el respaldo de cerca de la mitad de los que apoyan a los republican­os, según lo escribe Andrew Selee.

El Boston Globe propuso la semana pasada que se publicaran editoriale­s en los periódicos de EU para responder al unísono a la escalada de ataques. El Senado adoptó el jueves una resolución no vinculante afirmando el apoyo a la prensa libre y declarando que “la prensa no es el enemigo del pueblo”.

La prensa libre es un elemento que fortalece la democracia, el pluralismo de las sociedades, el civismo y el respeto al derecho de expresión, la libertad de informar. En México debe ponerse fin a las presiones políticas y económicas a los medios y a los periodista­s, a los sobornos y a los chayotes, a los despidos de conductore­s o reporteros. Pero sobre todo es urgente poner fin al asesinato de periodista­s e investigar los ocurridos, llegando hasta sus últimas consecuenc­ias. En México hay no pocas y urgentes tareas pendientes.

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