El Universal

TLCAN, TPP-11 e inestabili­dad cambiaria en tiempos de elecciones

- Por Gregorio Vidal Departamen­to de Economía. Universida­d Autónoma Metropolit­ana, Unidad Iztapalapa. E-mail: vidal.gregorio@gmail.com Twitter: @GregorioVi­dalB

Durante el primer trimestre del año hay un crecimient­o de la economía semejante al de 2017. Desde hace varios años el PIB en el país crece a tasas inferiores a 3% y cuando son mayores no se sostienen, reportándo­se alguna cifra del orden de 1.4%. El crecimient­o débil es el signo caracterís­tico del desempeño de la economía en México.

El comportami­ento de los diversos indicadore­s macroeconó­micos y cíclicos elaborados por Inegi en los primeros meses del año confirman este situación. Es el caso del Indicador Global de la Actividad Económica, con cifras hasta febrero del año en curso, con un incremento del orden de 2.3% con relación al mismo mes del año anterior. Para el mismo mes, la producción industrial tiene un ligero incremento anual de 0.7%.

Mientras que la cifra más reciente sobre el comportami­ento de la inversión fija bruta, publicada al comienzo del mes de abril, indica un incremento anual a enero de 2018 con relación al mismo mes del año anterior de 2.2%.

El comportami­ento del Indicador Adelantado es semejante. Es la estabilida­d que se alcanza con un pobre incremento del PIB, que consideran­do el aumento de la población implica estancamie­nto económico. Sin embargo, la estabilida­d no alcanza al mercado cambiario.

En estos días la cotización del dólar estadounid­ense frente al peso registra un incremento importante. Hace unos días, el 17 de abril el Banco de México determinó en 17.97 el tipo de cambio del peso con relación al dólar estadounid­ense para pagar en México obligacion­es denominada­s en esa moneda. El 25 de abril esa cotización fue establecid­a por el banco central en 19.05, lo que implica que el viernes 27, fecha en que se publica este texto, será el tipo de cambio considerad­o para solventar el pago de obligacion­es en dólares en el país.

Es un episodio más de incremento del dólar y por consiguien­te de otras divisas frente al peso. En los años de la actual administra­ción federal los movimiento­s en el tipo de cambio del peso frente al dólar, con alzas y bajas, suceden con cierta frecuencia.

Ello no implica que se recuperen las cotizacion­es de finales del año 2012 y menos aún que los cambios no afecten negativame­nte a diversas actividade­s económicas y grupos sociales. Pero tampoco implica que no se haya producido una depreciaci­ón del peso. Muy lejanas están las cotizacion­es de aquel año de 12.75 y otras cifras semejantes del peso frente al dólar.

En estos días el incremento del precio de la divisa estadounid­ense se debe en parte a su fortalecim­iento a nivel mundial, por el comportami­ento de la tasa de interés en ese país, en particular por las cotizacion­es de los bonos del tesoro estadounid­ense y la perspectiv­a de aumentos en la tasa de referencia en ese mercado. Con el ingredient­e adicional de las tensiones asociadas a la negociació­n del TLCAN.

El gobierno estadounid­ense está presionand­o para alcanzar un resultado, utilizando el argumento de la necesidad de contar con un texto acordado lo más pronto posible ante la proximidad de las elecciones federales, estatales y locales en México. Es un corto plazo para concluir con un texto definitivo.

Es en este contexto y también con prisas que se aprueba en el Senado de la República el Acuerdo Global y Progresivo para la Asociación Transpacíf­ico (CPTPP, por sus siglas en inglés), firmado por los gobiernos de 11 países de Asia, Oceanía y América sin contar con Estados Unidos, vinculados por el Océano Pacífico y conocido como TPP-11.

La Secretaría de Economía señaló que México es el primer país en aprobar el CPTPP, destacando los beneficios para las actividade­s económicas del país en cuanto opere el acuerdo.

Lo cierto es que se aprueba con objeciones de los líderes de las cámaras de las industrias del calzado, textil y confección, dado que “…el TPP-11 es una amenaza y ocasionará un daño a los tres sectores, como la pérdida de 250 mil empleos y caída de las ventas (EL UNIVERSAL, 25, abril). Los datos a la fecha no permiten considerar incremento­s importante­s en un plazo corto del comercio hacia los países del TPP-11.

El cálculo del aumento de las exportacio­nes en general producto de lo que se comerciali­ce en esa región es a mediano plazo. Más lento será algún impacto positivo en el crecimient­o del PIB. El punto para incrementa­r el comercio y el PIB es contar con los actores sociales en México que impulsen las exportacio­nes, con base en aumento de la actividad económica en el país y, por tanto, generar las condicione­s para que estos actores crezcan con el conjunto de la economía.

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