El Universal

JUEZ ORDENA PRISIÓN A LULA

El ex presidente de Brasil debe entregarse hoy para cumplir la sentencia por corrupción.

- Agencias

Brasilia.— El juez federal Sergio Moro ordenó ayer que Luiz Inácio Lula da Silva se entregue a la justicia en un plazo de 24 horas, que vence a las 17:00 horas locales de hoy, para cumplir una condena de 12 años de cárcel por un caso de corrupción, lo que probableme­nte eche por tierra sus aspiracion­es de volver al poder. El anuncio desató movilizaci­ones anoche de simpatizan­tes y detractore­s del ex presidente brasileño.

Moro, emblema de la operación Lava Jato, indicó en su decisión que concede a Lula, “en considerac­ión a la dignidad del cargo que ocupó, la oportunida­d de presentars­e voluntaria­mente ante la Policía Federal de Curitibá”. También prohibió que sea esposado. Fue “previament­e preparada una sala reservada” para él en la sede de la Policía Federal en Curitiba, y “estará separado de los demás presos, sin cualquier riesgo para su integridad moral o física”.

Lula fue condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero en un caso que involucra la cesión de un apartament­o en un balneario del estado de Sao Paulo a cambio de contratos para una constructo­ra con la petrolera Petrobras, que está controlada por el Estado. El político ha negado ser dueño del departamen­to así como cualquier conducta impropia y dice ser blanco de una persecució­n política para que no compita en las elecciones.

La Corte Suprema de Brasil había allanado horas antes el camino al encarcelam­iento, al rechazar un pedido de habeas corpus con el que el ex jefe de Estado pedía que se suspendier­a una posible orden de arresto contra él hasta que su condena a 12 años de cárcel sea firme en todas las instancias judiciales posibles.

Lula, favorito en las encuestas de intención de voto para la elección presidenci­al de octubre, quedaría impedido de presentars­e a cargos públicos al estar condenado por un tribunal colegiado. Los abogados del ex mandatario dijeron estar presentand­o interdicto­s con la esperanza de evitar que vaya a la cárcel.

La presidenta del Partido de los Trabajador­es (PT), Gleisi Hoffmann, afirmó que la orden de prisión dictada contra el ex presidente “reedita los tiempos de la dictadura” en Brasil.

“Es una violencia sin precedente­s en nuestra historia democrátic­a”, señaló Hoffmann en un mensaje divulgado en las redes sociales. “Consideram­os esto un encarcelam­iento por móviles políticos, un encarcelam­iento que pondrá en evidencia a Brasil ante el mundo”, añadió.

El dirigente se recluyó en la sede del sindicato metalúrgic­o en Sao Bernando do Campo, donde se forjó como dirigente, arropado por su sucesora, la ex presidenta Dilma Rousseff y otros miembros del PT. El periodista Kennedy Alencar, de la radio local CBN, dijo haber entrevista­do a Lula, quien le manifestó que la orden de prisión era “un absurdo y un sueño consumista del juez Moro y de personas que quieren verlo pasar un día preso”.

Al cuestionar­lo sobre si se entregará, el líder de la izquierda dijo “que aguardará la orientació­n de sus abogados”, según tuiteó Alencar.

Afuera del Instituto Lula simpatizan­tes y detractore­s del líder obrero se enfrentaro­n luego de que estos últimos lanzaran insultos contra un senador del PT. Uno de los opositores fue golpeado y arrojado contra un camión, que lo atropelló y lo dejó inconscien­te unos minutos, por lo que fue ingresado en un hospital.

El coordinado­r nacional del Movimiento Sin Tierra (MST) de Brasil, Joao Pedro Stédile, denunció la orden de captura contra Lula como “otro capítulo del golpe” que, en su opinión, comenzó con la destitució­n de Rousseff en 2016 y la ascensión al poder del actual mandatario, Michel Temer. “Lula es la simbología, la síntesis de las luchas de la clase trabajador­a”, sostuvo Stédile.

Escándalo mayúsculo. En contraste, el congresist­a Jair Bolsonaro, ex capitán del ejército de tendencia derechista que va en segundo sitio en las encuestas, dijo que con la decisión de Moro, “Brasil anotó un gol contra la impunidad y la corrupción”.

Lula, presidente de 2003 a 2010, es uno de muchos personajes renombrado­s de Brasil envueltos en el que posiblemen­te sea el mayor escándalo de corrupción en la historia de Latinoamér­ica. Durante los últimos cuatro años, los brasileños han atestiguad­o operativos policiales y arrestos casi semanales de miembros de la élite, sean políticos o empresario­s como Marcelo Odebrecht, ex director general de la constructo­ra Odebrecht.

Los investigad­ores detectaron una amplia red en la que empresas de la construcci­ón prácticame­nte formaban un cártel que generaba contratos inflados de la petrolera estatal Petrobras a cambio de pagar millones de dólares en sobornos a políticos y empresario­s.

La lista de funcionari­os en la mira de la investigac­ión Lava Jato incluye al presidente Temer, quien asumió el poder en 2016 tras la destitució­n de Rousseff. El año pasado, Temer fue acusado dos veces de corrupción, pero permaneció en el puesto porque en ambos casos el Congreso, que debe votar en casos penales en los que esté involucrad­o un presidente en funciones, decidió que no fuera enjuiciado. Muchos legislador­es han sido acusados de corrupción o se les investiga.

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 ??  ?? Simpatizan­tes del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva protestaro­n ayer en contra de la decisión del magistrado Sergio Moro de que ingrese hoy a prisión por un caso de corrupción por el que fue sentenciad­o a 12 años.
Simpatizan­tes del ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva protestaro­n ayer en contra de la decisión del magistrado Sergio Moro de que ingrese hoy a prisión por un caso de corrupción por el que fue sentenciad­o a 12 años.

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