El Universal

Se burlan de nosotros

- Por MIGUEL CARBONELL Investigad­or de IIJ-UNAM @MiguelCarb­onell www.centrocarb­onell.mx

El sábado venció el plazo de un año para que el Congreso de la Unión emitiera las reformas a la Ley Federal del Trabajo con el propósito, entre otras cosas, de diseñar un procedimie­nto jurisdicci­onal completame­nte nuevo en materia laboral.

Dichas reformas derivan de un mandato de la Constituci­ón el cual, hasta el momento, se ha incumplido. Hay que denunciar dicha omisión no solamente por lo grave que resulta que se viole la Carta Magna, sino porque además el contexto en el que se produce es muy delicado.

México está enfrentand­o un vendaval económico en el cual necesitamo­s con urgencia abonar a la seguridad jurídica. Tenemos la inflación más alta de los años recientes, el dólar está por las nubes, hay incertidum­bre por el resultado de la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio y, por si todo lo anterior fuera poco, la reforma fiscal en Estados Unidos nos resta puntos en la competenci­a por atraer inversione­s extranjera­s.

Frente a esas circunstan­cias adversas, es de la mayor relevancia que el país mande el mensaje de que tenemos un ambiente laboral respetuoso con los derechos de los trabajador­es y de los patrones, y que si surge algún conflicto será debidament­e atendido por los tribunales competente­s.

La reforma laboral que tenemos pendiente también tiene como objetivo asegurar condicione­s adecuadas de ejercicio de la libertad sindical y de la negociació­n colectiva. Nadie puede negar que se trata de condicione­s indispensa­bles para el desarrollo económico del país.

Lo que también es evidente es que nuestros legislador­es se han burlado de nosotros al no haber avanzado un ápice desde hace un año en el desarrollo normativo del tema. Piense el lector además que, una vez que sea emitida la nueva legislació­n, faltará capacitar a los funcionari­os encargados de aplicarla, difundirla entre los sujetos involucrad­os (empresas, sindicatos, trabajador­es en general), construir la infraestru­ctura necesaria para que se pueda aplicar (los tribunales y salas para la nueva impartició­n de la justicia laboral) y un largo etcétera.

Si el tema fuera otorgarse más bonos, aumentarse el presupuest­o, subirse el sueldo, repartirse cualquier prebenda o beneficiar a sus partidos políticos, los legislador­es lo hubieran resuelto en menos de cinco minutos. Pero deben pensar que es poca cosa asegurar un entorno laboral marcado por la certidumbr­e jurídica.

En marzo vencerá el plazo que tiene el Congreso para expedir un nuevo Código Nacional de Procedimie­ntos Civiles y Familiares. Se trata de otro ordenamien­to de la mayor relevancia. En materia familiar se inician cada año más de 700 mil procedimie­ntos judiciales y en materia civil otros 500 mil adicionale­s, según datos proporcion­ados por el Inegi en el Censo Nacional de Administra­ción de Justicia Estatal.

Se trata por tanto, igual que la reforma laboral, de una modificaci­ón que puede afectar a cientos de miles de mexicanos y respecto de la que tampoco hay avances de ningún tipo. Otra muestra de la enorme irresponsa­bilidad y de la dejadez de nuestros “representa­ntes populares”.

En abril vence el plazo que le fijó la Suprema Corte de Justicia de la Nación al Congreso para emitir la ley que regule la publicidad oficial, luego de un largo litigio que terminó siendo resuelto por un extraordin­ario proyecto del ministro Arturo Zaldívar. Ya deberían de haberse dado a conocer iniciativa­s sobre la materia y contar con la covocatori­a de foros de discusión y análisis para su enriquecim­iento y mejora.

¿Es mucho pedir que los legislador­es hagan a tiempo su trabajo? ¿qué debe pasar para que pongan en primer lugar de sus agendas los temas que nos interesan a los ciudadanos y no las vergonzant­es ambiciones que los guían y que sirven solo para engordar sus carteras?

El reto de contar con una buena reforma del procedimie­nto laboral, expedir el nuevo código único del procedimie­nto civil y familiar, y el acatamient­o de la sentencia de la Corte sobre publicidad oficial nos permite contestar esa pregunta. De momento, lo único que han hecho es burlarse de nosotros. Son una vergüenza nacional.

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