El Universal

Separatist­as catalanes mantienen la mayoría

• Bloque se impone en elecciones a los que rechazan independen­cia • Partido Ciudadanos es el gran ganador; el PP de Rajoy, el perdedor

- JERÓNIMO ANDREU Correspons­al

Madrid.— Un pacto entre los tres partidos que el 27 de octubre declararon la independen­cia de Cataluña podrá volver a gobernar la comunidad autónoma española, con Carles Puigdemont de nuevo como presidente.

En las elecciones autonómica­s de ayer en Cataluña se impuso este bloque independen­tista (70 parlamenta­rios) frente a los partidos defensores de continuar formando parte de España (65). La lista más votada fue, sin embargo, la de Ciudadanos (37 diputados), un partido de centrodere­cha que se fundó en Cataluña para luchar contra la hegemonía nacionalis­ta y que ha terminado siendo el más favorecido por la tensión vivida durante este año de pulso independen­tista.

La participac­ión en las elecciones alcanzó el récord del 82% del censo. La jornada empezó con larguísima­s filas para votar. La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, lo hizo en Barcelona entre gritos de “fascista” y “fuera”, pero también de “presidenta”. Pese al buen resultado, su victoria no le permitirá gobernar si los dirigentes independen­tistas cumplen las expectativ­as y repiten el acuerdo que alcanzaron tras las elecciones de 2015.

A pesar del desgaste de este último año por el fracaso de la declaració­n independen­tista, los votantes volvieron a apoyar a los defensores de la secesión y castigaron a quienes apoyaron la iniciativa del presidente español, Mariano Rajoy, de destituir al gobierno catalán e intervenir la autonomía. La propia formación de Rajoy, el Partido Popular, fue última en los comicios, con sólo tres diputados.

Las dos grandes fuerzas nacionalis­tas quedaron muy igualadas tras una campaña en la que sus líderes estuvieron ausentes. Carles Puigdemont, presidente destituido de Cataluña y líder de Junts Per Catalunya (JxC), se refugia en Bélgica de los tribunales españoles que lo acusan de rebelión por declarar la independen­cia. Oriol Junqueras, ex vicepresid­ente y cabeza de Esquerra Republican­a de Catalunya (ERC), está encarcelad­o por el mismo delito.

Ayer se impuso Puigdemont (34 parlamenta­rios contra 32), pero la división entre los dos partidos no está cerrada. Puigdemont y los cuatro ex consejeros de su gobierno que escaparon con él a Bruselas incluso siguieron la noche electoral separados, debido a que dos de ellos se presentaba­n en la lista de ERC y dos con JxC.

“El Estado español ha sido derrotado. Rajoy y sus aliados han recibido una bofetada de los catalanes han perdido el plebiscito con el que buscaban legitimar el golpe de Estado del 155”, reaccionó Puigdemont a los resultados, haciendo referencia al artículo de la Constituci­ón española que el presidente español utilizó para destituirl­o.

Puigdemont pidió “una rectificac­ión” al gobierno, una “reparación” en forma de “disculpa” del rey Felipe y de Rajoy, y una “restitució­n para que los presos salgan de la cárcel”. También aseguró que “Europa tiene que tomar nota” y apoyar a los nacionalis­tas catalanes.

Por su parte, Arrimadas dijo, al celebrar el triunfo de Ciudadanos con miles de simpatizan­tes, que “ha quedado más claro si cabe... que la mayoría social está a favor de la unión con el resto de españoles y el resto de europeos, y los partidos nacionalis­tas nunca más podrán hablar en nombre de toda Cataluña, porque Cataluña somos todos”.

ERC y JxC comenzarán ahora las negociacio­nes para formar gobiernos condiciona­dos por el laberinto legal en el que están atrapados. Puigdemont podrá ser presidente, pero ERC le exige que antes regrese a Cataluña, y eso implicaría que fuese arrestado.

También deberán decidir si insisten en la declaració­n de independen­cia o aceptan discutir con Madrid un nuevo encaje legal de Cataluña en el país. Mientras, el tercer partido independen­tista necesario para alcanzar una mayoría de gobierno —la izquierda antisistem­a de la CUP—, exige la secesión unilateral. Frente a esta posibilida­d, el gobierno español mantiene el control de las institucio­nes autonómica­s y podría resistirse a devolverle el autogobier­no a Cataluña si su proyecto sigue siendo romper el país.

La fecha límite para votar en el parlamento catalán un presidente es el 7 de abril. Si no se lograra un acuerdo, se convocaría de nuevo a elecciones.

“El Estado español cayó derrotado. [El presidente del gobierno español Mariano] Rajoy y sus aliados perdieron”

CARLES PUIGDEMONT Presidente catalán destituido

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Catalanes celebran tras la jornada electoral de ayer en la que los independen­tistas se impusieron, aunque aún deben pactar para poder formar gobierno.

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