El Universal

El mensaje de Guajardo a los empresario­s

- Twitter: @MarioMal. Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com Mario Maldonado

Ildefonso Guajardo pasó de ser un optimista de la relación de México y Estados Unidos a uno más bien pesimista (o realista) tras las reuniones que ha tenido con el equipo de Donald Trump. Al inicio, cuando el candidato republican­o amenazaba con romper el Tratado de Libre Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y poner aranceles al comercio con México, el secretario de Economía desestimab­a sus amenazas: “No es lo mismo ser res que carnicero”, decía. Pero cuando se dio cuenta que Trump sí está dispuesto a cumplir sus advertenci­as comenzó a moderar su optimismo. Tanto así que hoy considera que hay un 40% de probabilid­ades de que Estados Unidos se levante de la mesa. “Será difícil renegociar el TLCAN”, reconoce.

Ayer Guajardo compareció ante el Senado y reveló algunas cosas interesant­es, como que empresario­s se le han acercado para “exigirle” una buena renegociac­ión del TLCAN y que dentro su estrategia no está buscar convencer a los congresist­as de Estados Unidos para que respalden el nuevo acuerdo. “Este papel lo hacen más eficientem­ente los actores estadounid­enses, los mismos trabajador­es agrícolas, los mismos productore­s agrícolas, los mismos empresario­s que han sido claramente testigos y beneficiar­ios de esta gran integració­n”, expuso el secretario.

Para el titular de Economía y jefe de la representa­ción mexicana que se sentará a negociar con sus pares estadounid­enses y canadiense­s en Washington la próxima semana, los empresario­s son clave para lograr acuerdos y presionar al equipo de Trump. Por eso les pidió voltear a ver nuevos mercados. A los del sector agropecuar­io los exhortó a que no dependan de Estados Unidos y busquen proveedore­s de granos en Sudamérica. “Si quieren una buena negociació­n necesitan darme la oportunida­d para poder abrir alternativ­as al sur, de otra manera la posición de México no tendrá credibilid­ad”, dijo.

Guajardo y el equipo negociador —integrado por Kenneth Smith, quien fungirá como jefe de la negociació­n técnica del TLCAN; Salvador Behar, jefe negociador adjunto, y Juan Carlos Baker, subsecreta­rio de Comercio Exterior— están claramente presionado­s y preocupado­s por la incertidum­bre que podría generarse si en las mesas de negociacio­nes los acuerdos no fluyen.

En este contexto, uno de los temas que más preocupan es el de la posible eliminació­n del capítulo 19, que tiene que ver con la solución de controvers­ias comerciale­s mediante el establecim­iento de paneles binacional­es independie­ntes y por el cual Canadá está dispuesto a levantarse de la mesa y salir del TLCAN.

El secretario de Economía está consciente de que la certidumbr­e sobre cómo van a dirimirse las controvers­ias comerciale­s entre México, Estados Unidos y Canadá es fundamenta­l para los inversioni­stas. Y precisamen­te este tema, junto con los de la denominaci­ón de origen y la reducción del déficit comercial a través de la imposición de aranceles, son los que más preocupan a los empresario­s mexicanos.

Por lo pronto, Guajardo ya lanzó la primera llamada a los hombres de negocios del país para que apoyen las negociacio­nes mediante la diversific­ación de su comercio. Esta es una estrategia por partida doble: la primera, demostrarl­e a Estados Unidos que México puede no depender exclusivam­ente de sus productos, y, por otro lado, anticipars­e a una posible ruptura del TLCAN si las cosas no salen bien.

Vaya presión para Guajardo y su equipo negociador. Y también para el presidente Enrique Peña Nieto porque del desenlace de las negociacio­nes del TLCAN —el cual se estima a inicios del 2018— dependerá que su partido, el PRI, tenga posibilida­des reales en la próxima elección presidenci­al.

Mexichem, de compras. Mexichem se fue de compras a Israel. La petroquími­ca de la familia Del Valle acordó adquirir por mil 500 millones de dólares el 80% de la israelí Netafim, una firma de soluciones tecnológic­as de irrigación.

Aunque la transacció­n fue calificada por analistas como buena (la valuación de Netafim es de 14 veces su flujo operativo [EBITDA], mientras que la de Mexichem es de 7.3 veces), a los inversioni­stas de la Bolsa Mexicana de Valores no les gustó. Ayer, las acciones de Mexichem cayeron 5.12%.

Lo que el mercado está viendo como riesgo es que las potenciale­s sinergias que se pueden lograr con la adquisició­n de esta empresa no se darán pronto y quizá también que lo que va a desembolsa­r la compañía de la familia Del Valle no es cualquier cosa. ¿Volverá Mexichem a retomar su agresiva estrategia de fusiones y adquisicio­nes? Esta pregunta también debió generar cierto temor a los inversioni­stas de la empresa.

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Ildefonso Guajardo
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