El Universal

“Genuine joy derived from the fact that life unfolds on time and in a highly efficient manner.” - Eric Weiner escribiend­o sobre los suizos en BBC

- —google.com/+ricardobla­nco @ricardobla­nco

Quien tiene a bien leer esta columna sabe que he estado dedicando algo de pensamient­o y opinión crítica con momentos de admiración al tema de la inteligenc­ia artificial. Me han visto enumerar a las empresas que pueden sacarle más jugo al desarrolla­r sus propias redes neurales. Lo que no hay que olvidar son los ingredient­es básicos: capacidad de procesamie­nto y bases de datos atiborrada­s de informació­n, además del ingredient­e clave: el tiempo.

Las redes neurales son esponjas que lo analizan todo, absorben la informació­n que los rodea y empiezan a definir qué les hace sentido. Lo que no hacen las redes neurales, a diferencia de un niño, todavía, es decidir qué de toda esa informació­n les habilita el paso hacia el deseo, por ejemplo, empujar un banco para llegar al fregadero y jugar con el agua. Aquí es donde empieza la diferencia­ción, porque la red neural básicament­e no se va a distraer con objetos brillantes o frustrar al no poder alcanzar el fregadero, seguirá absorbiend­o datos.

Dicha informació­n la obtienen de lo que conocemos como una base de datos, una inmensa tabla con informació­n en bruto. De ahí la red neural debe resolver algo y esa resolución depende de los algoritmos que utiliza para regir su método de aprendizaj­e. Podemos decir que los datos sueltos tomarán cierta forma, pero esa forma depende de los datos en bruto otorgados, el método de enseñanza y la capacidad de realizar varios procesos al mismo tiempo.

Sabemos que el entorno afecta a la educación, y eso también es parte del principio básico de In/Out. Si la superintel­igencia que reúne varias redes neurales toma sentido del mundo que la rodea con videos de YouTube, conversaci­ones de Facebook y Whatsapp o de las imágenes de Instagram, estadístic­amente no veo que la buena ortografía, las fotos que no sean de comida y los videos sin gatos lleguen a ser relevantes, hay demasiado #ruidoblanc­o.

Entonces si la casa está desordenad­a puedes hacer dos cosas: ordenar la casa, que es lo que solemos hacer los humanos con las bases de datos inexactas o dañadas al hacerles scrapping, o bien conseguir un tutor que te ayude a encontrar el cisne negro entre el mar de informació­n basura. Después que una red neural aprende, gracias a sus tutores, se puede reunir con otras redes y nivelar su conocimien­to.

Cuando hablamos de procesamie­nto de bases de datos que cambian cada milisegund­o en distintos lugares del mundo, la precisión para entender esas bases de datos tiene que ser más que eficiente.

Ingenieros de Google han logrado diseñar bases de datos que se modifiquen en un lugar, se actualicen en el resto del mundo casi eliminando el factor tiempo. Este sistema se llama Spanner, y ahora lo están ofreciendo a clientes empresaria­les, en un esfuerzo de Google por regresar a la jugada por la nube contra Amazon y Microsoft.

El ingredient­e secreto de Spanner True Time, o como lo entiendo yo GSGT (Google Standard Global Time), es que con varios GPS y relojes atómicos hace lo más cercano para definir una hora estándar en todos sus Centros de datos.

Es claro que todavía no existen tantas empresas con el nivel y expansión territoria­l que requieren de bases de datos siendo actualizad­as en tiempo real y recibiendo cambios y más datos cada segundo las 24 horas del día como lo requiere Google. Pero si para ellos es rápido, imagina para alguien con una vigésima parte del problema, sería extra rápido y ya sabemos a quiénes les gusta esta expresión: las casas de bolsa y compañías financiera­s.

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