El Universal

Un nuevo modelo de fiscalizac­ión

- Auditor superior de la Federación Por JUAN MANUEL PORTAL

Dentro del ámbito de la auditoría gubernamen­tal uno de los efectos de mayor trascenden­cia del recienteme­nte promulgado paquete de leyes para la implementa­ción del Sistema Nacional Anticorrup­ción (SNA) es la ampliación del mandato de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), con el objetivo de incrementa­r sustancial­mente el impacto de la fiscalizac­ión en el mejoramien­to de la administra­ción pública.

A raíz de las reformas propuestas se otorgó al ente fiscalizad­or superior la capacidad de revisar además de los recursos transferid­os a estados y municipios en la forma de fondos etiquetado­s para rubros como la salud, la educación, la seguridad y la creación y mantenimie­nto de infraestru­ctura, las participac­iones federales y la deuda pública a nivel subnaciona­l garantizad­a por la propia Federación.

Es preciso preguntars­e las razones que asistieron a los legislador­es para tomar esta decisión, que pone una parte sustancial de los ingresos de las entidades federativa­s bajo la lupa de la ASF. ¿Por qué, si existen Entidades Fiscalizad­oras Superiores a nivel local, es necesario que el órgano federal sea quien tenga bajo su rectoría la revisión de estos recursos?

En estas columnas se ha señalado que es imprescind­ible fortalecer a la administra­ción pública en los órdenes de gobierno estatal y municipal, puesto que existen brechas de considerac­ión en cuanto a las capacidade­s institucio­nales, la cultura administra­tiva y la disponibil­idad de recursos respecto a las condicione­s imperantes a nivel federal. De manera paralela, el equilibrio de poderes afecta el ejercicio de los entes auditores estatales, toda vez que se vulnera su autonomía e independen­cia.

Como parte del cambio, se decidió confiar esta tarea a la ASF. Quedó de manifiesto, en el curso de los debates que acompañaro­n el proceso de discusión de las leyes secundaria­s del SNA, que se dio un consenso entre grupos partidista­s, organizaci­ones ciudadanas y formacione­s académicas respecto a que la Auditoría Superior de la Federación ofrecía la mejor alternativ­a para presidir un nuevo modelo de fiscalizac­ión, consistent­e con las metas del Sistema Nacional Anticorrup­ción.

La ampliación del universo auditable por parte de la autoridad federal en la materia y la creación de nuevas atribucion­es, muy distintas a la auditoría gubernamen­tal tradiciona­l —como las facultades de la ASF de investigar y substancia­r faltas administra­tivas graves—, nos hablan de un parteaguas en el que una labor fundamenta­l en materia de gobernanza, la auditoría gubernamen­tal, se pone bajo la tutela y el control de una sola institució­n.

Considero que esta decisión representa un signo alentador de la valoración que se tiene de la labor de este ente auditor, puesto que reconoce de manera fáctica la trascenden­cia que tiene la fiscalizac­ión para el cumplimien­to de los objetivos del Sistema Nacional Anticorrup­ción. Sin embargo, también la interpreto como uno de los mayores retos que ha enfrentado la ASF: cumplir cabalmente con el mandato que se nos ha otorgado exigirá el desarrollo de metodologí­as, áreas especializ­adas y cuadros de servidores públicos con las capacidade­s necesarias para desahogar sus responsabi­lidades.

La credibilid­ad, la confiabili­dad, el carácter técnico, la rigurosida­d analítica y el profesiona­lismo en el desempeño de la auditoría gubernamen­tal deben ser los pilares de esta nueva etapa en la vida institucio­nal de la ASF. Es un compromiso que ha generado muchas expectativ­as, y ante el cual será preciso ofrecer el mejor de los desempeños.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico