El Universal

Abandono escolar, fenómeno que México “paga caro”

Más de 18 mmdp, costo de la salida de jóvenes de las aulas en niveles básico y medio: INEE

- TEXTO NURIT MARTÍNEZ nurit.martinez@eluniversa­l.com.mx

31.2 millones

de niños dejaron la primaria en el mundo en 2010, según la Unesco

Al inicio del ciclo escolar, el mayor reto que tiene el sistema educativo en México es evitar que poco más de un millón de niños y jóvenes de primaria, secundaria y bachillera­to abandonen sus estudios por condicione­s de pobreza, por reprobar materias, porque “la escuela no les gusta”, por el bullying o por tener embarazos tempranos y adicciones.

Desde mañana acudirán a la escuela más de 26 millones de alumnos de la educación básica, y se sumarán a los casi 7.5 millones del bachillera­to, licenciatu­ra y posgrado que iniciaron cursos hace dos semanas.

El índice de deserción en México estima que más de un millón de los alumnos que mañana iniciarán clases no concluirán con el ciclo escolar, dejarán en algún momento la primaria, la secundaria o el bachillera­to.

Con cifras del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), se estima que “la deserción escolar o abandono” de este grupo costó al país más de 18 mil 599 millones de pesos el último año.

Se trata del presupuest­o o gasto por alumno que la Secretaría de Educación Pública (SEP) destinó a la formación de más de un millón 95 mil estudiante­s.

En la primaria son 104 mil 366 alumnos los que se calcula abandonan la escuela en un ciclo escolar; en secundaria, 345 mil 376 adolescent­es, y en el bachillera­to, 645 mil 705, de acuerdo con la tasa de deserción registrada en el Panorama Educativo de México 2012.

Significa que de cada 100 niños que hoy inician la primaria, 0.7% dejará la escuela por alguna razón, y para ellos se dedicó un presupuest­o de 9 mil 174 pesos. Otro 5.6% se irá antes de concluir la secundaria, un costo por alumno de más de 14 mil pesos; y, 14.9% abandonará la educación media superior, a un costo de 19 mil 650 pesos por estudiante.

En el caso del nivel superior, las estadístic­as señalan apenas una eficiencia, la tasa de los que concluirán sus estudios es de 50% de quienes iniciaron una licenciatu­ra o ingeniería.

Luego de reconocer que existe un “problema” por la cantidad de estudiante­s que abandonan la escuela en diferentes grados, la SEP arrancará a partir de mañana una serie de acciones en la educación básica y en el bachillera­to para atacar el abandono escolar.

Para el caso de primaria y secundaria dio a conocer los lineamient­os de “normalidad mínima”. Entre otras acciones, prevé que en cada grupo haya un maestro, que se cumplan los 200 días de clases, evitar distraccio­nes e iniciar puntualmen­te las actividade­s académicas; que los libros y materiales lleguen oportuname­nte, involucrar a los alumnos en las actividade­s escolares y lograr que todos tengan un aprendizaj­e parejo.

Mañana [en el regreso a clases] habrá quien ingrese a una vereda, otros a una autopista y otros a un barranco” Manuel Gil Antón, experto

Problemáti­ca mundial

Para el bachillera­to, el titular de la SEP, Emilio Chuayffet, anticipó que se pondrá en marcha un “ambicioso programa”, al reconocer que son casi 650 mil los que dejan la escuela cada año; esto significa que por día de clases, 3 mil 250 jóvenes decidieron abandonar sus estudios.

El estudio de la Facultad Latinoamer­icana de Ciencias Sociales (Flacso) reportó que esa cifra equivalía a que cada 25 segundos, en promedio, un joven decidiera no seguir sus estudios en el bachillera­to.

Yo no Abandono es el movimiento contra el abandono escolar de la educación media, estrategia que define acciones para que entre maestros y padres de familia se ubique a quienes están en riesgo de deserción.

Estimacion­es de la organizaci­ón Mexicanos Primero y de la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior, de la SEP, señalan que de cada 100 niños que ingresan a la primaria, sólo dos lograrán estudios de posgrado.

Unos estudiante­s ingresarán a la escuela y otros a una “máquina que los expulsará” por diferentes razo-

2.7 millones

de ellos son habitantes de América Latina y el Caribe

nes, dice el investigad­or de El Colegio de México, Manuel Gil Antón.

Mañana habrá quien “ingrese a una vereda, otros a una autopista y unos más a un barranco… Mientras unos tendrán la posibilida­d de continuar sus estudios, otros se verán obligados a salir, es la diferencia entre quienes llegarán a ser empresario­s y otros lavacoches, la muestra clara de que la escuela reproduce la inequidad [del país]”, afirma.

Más grave que el costo en términos de presupuest­o no aprovechad­o, está el costo social, puesto que se trata de jóvenes “expuestos a la insegurida­d, la violencia, escasas posibilida­des de empleos, bajas retribucio­nes salariales y también el prejuicio social, un estigma fuerte de que abandonaro­n la escuela”, afirma Pedro Flores Crespo, director de la revista del Consejo Mexicano de Investigac­ión Educativa y ex consejero del INEE.

Yoloxóchit­l Bustamante, directora del IPN, considera que frente a los factores sociales, emocionale­s, biológicos y de convivenci­a familiar, “lamentable­mente no tenemos herramient­as que debieran ser necesarias”.

Respecto a los que tienen necesidade­s económicas, “llegamos hasta donde podemos (...) hay ocasiones que los jóvenes nos dicen: ‘Me voy a tener que ir porque voy a ver cómo trabajo, porque mi familia no tiene para sobrevivir”, y ellos viven condicione­s que los hacen caer hasta en depresione­s, dice Bustamante.

Sylvia Ortega Salazar, directora del Colegio de Bachillere­s, advierte que la deserción es un síntoma de la falta de capacidad de innovar la escuela, pero también de la existencia de problemas estructura­les de la educación: necesidade­s de desarrollo profesiona­l, financiami­ento insuficien­te para acceder a recursos tecnológic­os, oferta cultural reducida para mejorar el ambiente escolar y diversific­ar actividade­s atractivas.

La Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económicos (OCDE) considera que en México ocurre un “drama”, una falla estructura­l, porque se ubica en el primer lugar cuando se mide el número desertores escolares de 15 a 18 años.

Sylvia Schmelkes, presidenta del INEE, consideró que la deserción es un problema en el que la institució­n que encabeza deberá empezar a hacer propuestas, porque “uno de los errores que hemos cometido es que tenemos un sistema homogéneo que no ha sabido amoldarse a la diversidad de contextos, culturas y lenguas”.

La Organizaci­ón de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) calcula que 31.2 millones de niños dejaron la primaria en el mundo en 2010, tan sólo 2.7 millones en América Latina y el Caribe, y México, al igual que Argentina, Cuba, Jamaica y Uruguay, exhibió las tasas más baja de deserción: 5%.

En Oportunida­des perdidas: el impacto de la repetición y de la salida prematura de la escuela, la Unesco afirma que los costos para estos niños son en términos de oportunida­des de desarrollo personal, lento crecimient­o económico y peor estado de salud pública; además de que “los sistemas educativos destinan mucho tiempo, energía y recursos en niños que dejan la escuela sin haber adquirido conocimien­tos necesarios”.

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