Comercio internacional: opción para un nuevo crecimiento
Desde hace más de una década el mundo emergente presenta un nivel de crecimiento sin precedentes, generando una importante transformación en la economía mundial.
Por una parte, el fenómeno expansivo significó un aumento del precio de los commodities , derivado de una mayor demanda por ellos, así como una disminución en los costos manufactureros. Por otra parte, también aumentó la importancia económica a nivel mundial de los países emergentes. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, este año las economías en desarrollo en conjunto representarán más de la mitad del PIB global en términos de poder de compra.
A decir de varios analistas, sin embargo, la etapa más dramática de cambios y de crecimiento impulsado por las economías emergentes está por llegar a su fin, particularmente por la desaceleración de Brasil, Rusia, India y China, los BRIC.
En 2007, la economía china creció 14.2%. India presentó un crecimiento en ese año de 10.1%, Rusia de 8.5% y Brasil de 6.1%. Para 2013, el FMI prevé que China crecerá sólo 7.8%, India 5.6% y Rusia y Brasil 2.5%, por lo que los BRIC contribuirán menos al crecimiento económico global.
El importante ciclo de expansión de los BRIC empezó hace una década cuando China orientó su modelo económico en mayor proporción hacia la industria pesada. Si bien China ya había reportado dos décadas de crecimiento del 10% anual, este rápido proceso de industrialización y urbanización tuvo efectos significativos sobre el resto de la economía mundial, tales como una mayor demanda por
commodities como el cobre, hierro y petróleo, detonando un desarrollo sin precedentes del sistema productivo de los grandes exportadores de materias primas como Brasil, Rusia e India, que sirvieron como proveedores del sistema comercial de China, cuyas exportaciones representaban 16% del producto interno bruto mundial a mediados de la década de 1990 y alcanzaron 27% en 2008.
Esta demanda creciente por commodities explica el acelerado crecimiento de la economía mundial, que actualmente es del doble de la de 1992 y motivó el aumento en los precios de las materias primas en todo el mundo.
Actualmente, sin embargo, la desaceleración de China y su cambio hacia un modelo de crecimiento orientado más hacia el mercado interno, representa también una menor perspectiva de crecimiento mundial. En consecuencia, las preocupaciones expresadas por los líderes a nivel mundial sobre una inminente desaceleración son por demás válidas.
Otros países emergentes tienen un potencial de crecimiento importante, particularmente Bangladesh, Indonesia, México, Nigeria y Turquía, parte del grupo llamado por Goldman Sachs Next 11 (también conocido como N11), que representa a las 11 economías emergentes más importantes después de los BRIC.
Pero el impacto de estos países —en conjunto— no se espera que sea tan relevante como el que tuvieron Brasil, Rusia, India y China hace unos años.
Esto se debe, en primer término, a que la población de estas 11 economías es mucho menor y en conjunto representa menos de la mitad de la de los BRIC. En segundo lugar, en promedio los N11 son más ricos de lo que eran los BRIC hace una década, por lo que el potencial de crecimiento acelerado también es menor en términos porcentuales.
Bajo este contexto, los analistas consideran que el crecimiento económico del mundo ya no deberá responder sólo a la disminución en las diferencias económicas entre países emergentes y desarrollados, sino que deberán encontrarse opciones de reformas legales y cambios estructurales orientados a la competitividad, la inversión en infraestructura, a incrementar y mejorar el financiamiento y a mayores niveles de productividad. Estos serán los elementos que definan en el futuro cuáles serán los próximos motores económicos del mundo.