Brasil colapsa por el alza a combustibles
Sao Paulo decreta estado de emergencia por el desabasto de insumos, que afecta a los 27 estados del país
SAO PAULO, Brasil. Sao Paulo, la ciudad más rica y poblada de Brasil, decretó el estado de emergencia por "excesos de protestas" debido a la huelga de los camioneros, que entra en su quinto día para manifestarse contra los elevados precios del combustible, informaron fuentes oficiales.
La Alcaldía dijo en un comunicado que, en caso de que la huelga se alargue, podrá ser decretado festivo nacional debido la situación de desabastecimiento provocado por las manifestaciones y precisó que el "estado de emergencia podría evolucionar a un estado de calamidad pública".
En este quinto día de paralizaciones, que afecta a todos los 27 estados brasileños, la frota de autobuses en la capital paulista circula con un 60% de la capacidad y decenas de puestos están sin los combustibles.
Al menos otras tres ciudades del inte- rior de Sao Paulo también han decretado estado de emergencia.
Por su parte, el aeropuerto de Brasilia se vio obligado a cancelar vuelos después de que se agotaran las reservas de combustible debido a una huelga de camione- ros que desde hace cinco días bloquea carreteras en todo el país. Asimismo, todas las cadenas de montaje de automóviles de Brasil se vieron obligadas a cesar sus actividades a causa de la huelga.
Negociadores de varios grupos de camioneros acordaron el jueves por la noche suspender sus bloqueos por 15 días después de que el Gobierno prometió que subsidiaría y estabilizaría los precios del diésel, lo que podría costar cinco mil millones de reales (mil 400 millones de dólares) este año.
Sin embargo, Abcam, un grupo de camioneros que inició la huelga y que afirma representar a alrededor de 600 mil conductores, no figuró entre las partes que firmaron el acuerdo, lo que planteó serios cuestionamientos sobre cómo responderán a las concesiones del Gobierno.
Pese al acuerdo y al envío de policías federales la huelga no mostraba señales de mitigarse y persistía su impacto en las vidas diarias de los brasileños y en varios sectores económicos clave.