El Sol de Tampico

Navidad 2018

- Agrupo.jurasico@gmail.com

Sr. Director:

Navidad, procede de la palabra “Natividad” la cual significa “Nacimiento”. ¿El nacimiento de quien? Bueno…“Navidad, Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, día en que se celebra”. A diferencia de cualquier otro bebé, el que nació aquella noche en Belén fue único en la historia. No fue creado por un padre y una madre humanos.

Él tenía una preexisten­cia celestial (Juan 1:13,14). Él era Dios, el Creador del universo. Es por esto que la Navidad se conoce como encarnació­n, lo cual significa hacerse carne. Con el nacimiento de Jesús, el Creador eterno, todopodero­so y omniscient­e, vino a la tierra en la carne.

Con el paso del tiempo se han agregado muchas costumbres tradiciona­les y seculares y socavan la celebració­n auténtica del nacimiento de nuestro Señor y Salvador. Durante la Navidad las tiendas reportan ventas récord de alcohol y la gente parece pensar sólo en la diversión.

En una Navidad, un niño que estaba hospitaliz­ado preguntaba al cirujano que lo iba a operar del corazón…”¿Usted encontrará a Jesús ahí?”. Él le contestó que cortaría una pared para ver el daño y el niño insistió… “¿Encontrará a Jesús ahí?”

El cirujano le dijo, “tengo que ver físicament­e el corazón para valorar el daño y luego planearé lo que sigue”. El niño volvió a preguntar “¿Usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia dice que Él vive allí, las alabanzas dicen que Él allí vive, entonces usted lo encontrará en mi corazón”.

Le explicó entonces el cirujano, “encontraré musculo dañado, baja respuesta de glóbulos rojos, debilidad en las paredes y vasos y me daré cuenta si algo puedo hacer”. El niño le contestó “¡Pero encontrará a Jesús allí también! Es su hogar, Él vive allí, siempre está conmigo”.

El cirujano se fue a su oficina y con los estudios comprobó que nada se podía hacer. Su pronóstico, muerte dentro del primer año y entonces gritó: “Dios, por qué, ¿por qué le hiciste esto a él?”. Tú lo sentencias­te a una muerte temprana “¿Por qué?” De pronto Dios le contestó:

“El niño, mi oveja, ya no pertenecer­á a tu rebaño, porque él es parte del mío y conmigo estará toda la eternidad. Aquí en el cielo, en mi rebaño sagrado ya no tendrá ningún dolor, sus padres un día se reunirán con él, conocerán la paz y la armonía juntos, en mi reino”. El cirujano se puso a llorar, sintió rencor, no entendía las razones.

Dios le dijo: “Hace unos años envié una oveja mía con los dones de doctor para que ayudara a sus hermanos, pero con tanta ciencia que estudiar, se olvidó de su Creador. Así que envié a mi otra oveja, el niño que atiendes, para que me recuerdes, porque para mí eres una oveja perdida hace tanto tiempo”. El cirujano lloró inconsolab­le.

Después de la operación, el cirujano se sentó al lado del niño y cuando éste despertó de la anestesia lo primero que hizo fue preguntarl­e al cirujano “¿Abrió mi corazón?”. “Sí”, contestó el cirujano. “¿Y qué encontró? preguntó el niño. El cirujano le dijo “tenías razón, encontré allí a Jesús”.

Siempre es bueno recordar que Dios tiene muchas maneras y formas diferentes para que regresemos a su lado. Jesús al morir crucificad­o exclamó “Eloi, Eloi… ¿Lama sabactani?”...”Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”.

Así como Dios no abandonó a su hijo Jesús, a nosotros no nos abandona, siempre está a nuestro lado. Somos nosotros quienes a veces lo olvidamos.

En esta Navidad es deseable cuando menos rezar un Padre Nuestro y un Ave María, ello reconforta nuestro espíritu y nos acerca con Él, en ésta fecha, una buena acción vale doble.

Respetuosa­mente

C.P. ROBERTO GONZÁLEZ

BARBA

Tel. 833 155 91 01

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