Volvió a nacer
Planeta Edén, Galaxia Krisna, a millones de años luz de distancia del planeta Tierra
Había llegado ese día muy temprano al cruce de cuatro calles principales de la ciudad, como lo venía haciendo a diario desde varios meses atrás, donde hacía piruetas y malabares para luego pedir sus bendiciones a los automovilistas que les tocaba el alto obligatorio. Era un niño pobre en cosas materiales, sí, pero era un ser humano de alto valor espiritual que no pedía dinero, sólo buena voluntad de la gente.
Era un niño de escasos 5 años de edad y mientras él “trabajaba en su oficio”, entendido éste como su aportación al entretenimiento de los demás, sus padres hacían lo mismo en otro ángulo del crucero, desempeñando lo único que sabían hacer para elevar su estima del alma.
Pero ese día en especial, estaba marcado para transformar radicalmente la vida de aquel niño. Al cambiar el semáforo a rojo, el menor corrió al centro de la calle dispuesto a practicar sus malabares, cuando un bólido desenfrenado de cuatro ruedas hizo caso omiso del alto y como alma que lleva el diablo en milésimas de segundo estaba frente al niño, que no tuvo tiempo de asimilar lo que estaba a punto de sufrir.
La noche anterior, el capataz de una importante obra de construcción salió de su trabajo, para después, en compañía de varios de sus amigos inició una parranda que se prolongó más allá del amanecer. Totalmente ebrio subió a su pequeño auto y sin mediar las consecuencias, manejó irresponsablemente por las calles de la ciudad en camino a su casa.
El tipo se durmió precisamente al llegar al crucero donde el niño se disponía a trabajar, iba a una velocidad desenfrenada, sin control alguno. El golpazo fue brutal, el infante salió volando por cerca de 20 metros y se estrelló contra un árbol del camellón, perdiendo la vida instantáneamente.
Planeta tierra, Continente Americano, país México.
A cientos de años luz de distancia de aquel planeta donde sucedieron los hechos, en un hospital de lujo, un niño de cinco años experimentaba lo que todo mundo dijo que era un milagro: recobraba la conciencia después de haber permanecido en coma desde el momento mismo del alumbramiento, es decir, inexplicablemente volvió a nacer.
Este otro niño, según dictamen de los médicos, padecía una rara enfermedad congénita que lo mantenía inmóvil, pero que le permitía “vivir” mientras se le suministraran los auxilios médicos y científicos para estabilizar sus funciones y según todos los pronósticos, jamás sería un ser normal. Era un vegetal.
El niño de la Galaxia Krisna, planeta Edén, murió y el niño terrícola volvió a nacer y lo extraño del asunto es que este niño rico despertó de su letargo totalmente lúcido, salvo con aquella idea fija que les contó a sus padres, de que había sido atropellado, pero que no recordaba dónde ni cuándo.
El asunto es que, aún cuando nadie lo sabía, ambos niños estaban unidos, alma y espíritu en un mismo cuerpo, fusión espiritual que se daba en una fecha que aquí en la tierra, se festeja el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios.
Al menos, eso es lo que el niño rico decía después de su recuperación, en momentos en que entraba en una especie de contemplación que lo llevaba al éxtasis espiritual de un encuentro con Dios.
La familia del niño rico no soportó ser objeto de historias y versiones distorsionadas que comenzaron a tejerse en todo el país y decidió exiliarse, perdiéndose en el mundo. De esto hace ya varios años y nadie sabe dónde se encuentra ahora el niño rico que volvió a nacer, ni cuál es su destino o su misión en la vida, pero…….. lo más seguro es que esté entre nosotros.
Ahora, el niño pobre que vivió y murió hace muchos años y en un lugar remoto del Universo, bien pudiera ser el hombre que representa una esperanza para un país en desgracia y un mundo en turbulencia.
P.D. A veces, la realidad parece un cuento y la fantasía se asemeja más a la verdad que a la ficción, y como decía Campoamor, Nada es verdad ni nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira. ¡¡¡FELIZ NAVIDAD !!!!!