Macron retrocede ante los chalecos amarillos
"Demasiado poco y demasiado tarde", responden los manifestantes; anuncian nueva movilización el sábado
PARÍS, Francia. El gobierno francés retrocedió ayer ante la presión de los chalecos amarillos y se vio obligado a suspender por seis meses el anunciado aumento de combustible que debía entrar en vigor el 1 de enero. Pero el gesto de apaciguamiento, anunciado por el primer ministro Edouard Philippe, fue rechazado por los manifestantes, que mantuvieron las protestas y decidieron volver a manifestarse el sábado próximo en París.
Es “demasiado poco y demasiado tarde”, proclaman en todo el país los portavoces improvisados de esa rebelión, iniciada el 17 de noviembre por las redes sociales para impugnar el aumento de impuestos al combustible y que rápidamente incor poró otras sobre poder adquisitivo, condiciones de vida y que en términos generales se transformaron en un cuestionamiento global de la política del presidente Emmanuel Macron.
En estos 18 días, los disturbios provocaron en total cuatro muertos y cientos de heridos, entre ellos una decena de efectivos de las fuerzas del orden, según el balance revelado por el primer ministro.
“Ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación”, dijo Edouard Philippe para justificar el retroceso del gobierno.
El cambio de actitud gubernamental fue radical. Desde que comenzó la protesta, el poder se había mantenido insensible a los reclamos de los manifestantes a las dos jornadas de extrema violencia que vivió el país, así como Como las
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a las exhortaciones de casi toda la oposición e incluso de una parte del partido de Macron.
Hasta 48 horas antes, el presidente había reiterado su determinación de “no retroceder”. En nombre de la “coherencia” y la necesidad de acelerar la transición energética, se rehusó a acordar toda moratoria sobre el impuesto a los carburantes.
Pero las escenas de caos del sábado último en París y en varias ciudades del interior del