De venganzas y contradicciones
Al presidente de México le hacen recuento de sus decisiones, de sus versiones, de sus discusiones de todos los días y mucho más que los eventos mañaneros de discursos, casi interminables, le hacen recuento de sus venganzas.
Es verdad que el presidente ha afirmado en múltiples ocasiones que lo suyo no es la venganza, pero no es difícil de demostrar que es el móvil que lo mantiene activo, buscando hasta en los basureros elementos que le permitan “desquitarse” especialmente de quienes lo han cuestionado, lo han confrontado, lo han enfrentado a sus propias palabras, lo han evidenciado en sus contradicciones y sin embargo tiene todavía el poder necesario para negar lo que él hubiese afirmado o ignorar con lo que él se haya comprometido, de tal manera que en este proceso de comunicación del presidente de México con las partes interesadas en las acciones gubernamentales no queda claro, pero al parecer el presidente López seguirá actuando de esa manera hasta el último día de su mandato.
No obstante que los grupos parlamentarios del oficialismo mexicano hayan votado por la vía rápida las iniciativas que le dan marco legal a la creación de un fondo de pensiones o las iniciativas que se refieren a la ley de Amparo, y por supuesto a la ley de Amnistía, son decisiones del poder legislativo que tomarán tiempo en su instrumentación, por más que al presidente le urge tomar posesión de los recursos que le pertenecen a los mexicanos que han cotizado de distintas maneras para sus derechos laborales, y que hoy, estando en posibilidades de capitalizar vía las afores y las pensiones, seguros y otros instrumentos financieros que puedan mejorar los montos de pensión de los trabajadores, los esfuerzos y el trabajo de toda la vida, pues resulta que el presidente y la pandilla que le acompaña, sigue trabajando en la parte instrumental y luego acabar de definir cómo tomará posesión y disposición de esos recursos.
Con cierta razón, algunos comunicadores hacen lo posible por enfatizar acerca del poder del presidente, en el caso de nuestro país, porque no es similar a la mayor parte de los países del mundo, especialmente los países democráticos, por supuesto.
El énfasis en el poder del presidente no es una ocurrencia de los comunicadores de la mayor parte de los medios en nuestro país; es el resultado de una preocupación objetiva porque cada día hay más elementos para pensar que el presidente necesita tener más tiempo en la silla presidencial para desde allí ordenar que se cumplan sus instrucciones, o quizá sus elucubraciones con las que él despeja el escenario de la comunicación y las redes sociales, y trata de consolidar un porcentaje de votantes a favor de su partido, con los que entabla comunicación cotidianamente a través de las estructuras operativas de los servidores de la nación, de los sistemas de distribución de los recursos de gasto social y por desgracia para nuestro país, un gran número de mexicanos que piensan que para no perder el beneficio de los recursos de gastos social hay que seguir votando por los mismos.
Quienes se han atrevido a documentar sobre las acciones del presidente López para cuestionarlo, para evidenciarlo, para confrontarlo, hoy son perseguidos, sin importar las dimensiones o en alcance de los asuntos, simplemente por contradecir al presidente, es probable que aquí esté la mayor parte de la explicación, referente a la sumisión de los servidores públicos del
Quedan los