Novatadas
Cuando los muchachos logran entrar a una institución rural donde se forjan los futuros maestros de nuestros niños, estos son forzados a participar en unos juegos malvados con los que se divierten los residentes que se encuentran ya en esos lugares que nuestras instituciones crearon con pagos simbólicos para que todo mexicano accese a una profesión.
Estos estudiantes traumados, porque a ellos al accesar fueron maltratados y forzados también con esas prácticas, fueron vejados y burlados en sus intimidades, les formaron el trauma de maldecir a los nuevos, rencor por menores, malvivientes sin razón, con palos, excremento, agua fría, se divierten viendo sufrir a los novatos bajo la luna y en pleno día, sin que alguna autoridad les quite las bestialidades internas de cicatrices del descontento o del desquite.
Estas prácticas las suspendimos después del movimiento del sesenta y ocho, por ser denigrantes al ser humano, por representar humillación, porque debíamos demostrar al mundo que la UNAM era un centro del saber forjador cultural del humanismo y por lo tanto en los siguientes ingresos había conciertos de rock, eventos de amistad y un recibimiento alegre de que unos nuevos compañeros arribaban al seno de nuestra institución.
La juventud del 68 demostró un cambio de actitud ante los ingresantes recientes y les hacíamos un recibimiento alegre y cultural, una fiesta en nuestro centro de estudios, esto es lo que deben hacer esas bestias sumidas en la gratuidad de los centros rurales de enseñanza pública.