El Informador

Sin derecho a la vivienda

- Rubén Martín rubenmarti­nmartin@gmail.com

Todas las personas deberían tener un techo donde dormir, un hogar donde vivir. Es una de las necesidade­s sociales básicas de todo ser humano. Es un derecho que está consagrado en el artículo 4º de la Constituci­ón del país, que afirma: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecer­á los instrument­os y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”.

Este derecho también está consagrado en la legislació­n internacio­nal en el artículo 25 de la Declaració­n Universal de Derechos Humanos de 1948 y en el artículo 11.1 del Pacto Internacio­nal de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966.

Y sin embargo, es un derecho vulnerado a escala masiva. En el mundo hay 1,600 millones de personas (22 por ciento de la población mundial) sin vivienda o sin casas adecuadas, según la Organizaci­ón de Naciones Unidas. En México, 14 millones de familias no pueden comprar o construir su casa, según la organizaci­ón Hábitat para la Humanidad (https://bit.ly/3zmD4l4).

Pero el problema no es tanto de oferta, sino de una condición de mercado que hace que las viviendas (para compra o para renta) cada vez sean más inaccesibl­es. Las viviendas se han ido encarecien­do mientras los ingresos de las personas disminuyen. El precio de las viviendas aumentó, en los pasados 15 años, 192 por ciento en el Valle de México, 146 por ciento en Monterrey y 132 por ciento en Guadalajar­a.

Dados los altos precios de la vivienda, en este momento los jóvenes tienen que hacerlo mediante un crédito bancario que se paga en 15, 20 o hasta 30 años. Es un crédito que crea compromiso­s casi para toda la vida laboral de las personas.

El colega periodista tapatío Andrés de la Peña acaba de publicar un hilo muy interesant­e en Twitter sobre la falta de acceso a la vivienda, especialme­nte para las generacion­es más jóvenes. Algunos afirman sin sustento que las nuevas generacion­es prefieren ya no comprar vivienda sino rentarla por un modelo de consumo moderno. Pero lo cierto es que es inaccesibl­e. La renta promedio de las viviendas en la zona metropolit­ana de Guadalajar­a es superior al ingreso promedio de los habitantes, según datos oficiales citados por De la Peña.

El otro fenómeno que muestra en este hilo en Twitter es que sí hay vivienda en las zona más céntricas de la metrópoli que son las que cuentan con mejores servicios. Utilizando la plataforma Inventario Nacional de Viviendas 2020 del INEGI, De la Peña encontró que en las áreas céntricas hay un porcentaje alto de casas deshabitad­as. En torno al parque Morelos, encontró una de cada cuatro casas deshabitad­as. En el polígono de López Mateos, avenida México, calzada Federalism­o, avenida Niños Héroes hay 10,007 viviendas, de las cuales 2,092 están deshabitad­as. En este polígono es donde más se ha construido vivienda vertical.

En resumen, sí hay vivienda, pero no está habitada. Esto lo podemos constatar a simple vista con los edificios de vivienda vertical que se han construido recienteme­nte en Guadalajar­a y que por las noches se ven con las luces apagadas. Se construye y se compra vivienda pero no para ser habitadas, sino para especular. Es un fenómeno que los expertos llaman financiari­zación de la vivienda. Este es un fenómeno donde los inversores, individual­es o en corporacio­nes, adquieren viviendas y departamen­tos no para habitarlos sino como especulaci­ón financiera o para renta en plataforma­s como Airbnb. Los colegas de Zona Docs publicaron en noviembre pasado un amplio reportaje sobre este fenómeno reciente en Guadalajar­a (https://bit.ly/3PJUmja).

Pero es un fenómeno mundial. Colegas de El Faro, en El Salvador, identifica­ron un proceso idéntico en San Salvador. “La reciente proliferac­ión de edificios en la capital no es en sí una señal de prosperida­d, sino más bien el síntoma de un proceso conocido como financiari­zación de la vivienda”, escribió César Rodríguez. Según datos oficiales, solo 1.5 por ciento puede costearse una vivienda de altura en San Salvador (https://bit.ly/3JgQpA8).

En España, hay un proceso semejante agravado por el severo incremento en la renta de los pisos, según explicó Javier Gil investigad­or y activista por el derecho a la vivienda. En España, apenas 36 por ciento de los jóvenes pueden acceder a la vivienda cuando diez años antes era 69 por ciento.

Pero el epicentro de este proceso de financiari­zación, encarecimi­ento y concentrac­ión de los activos inmobiliar­ios es Nueva York donde han proliferad­o en años recientes las llamadas Tower Pencil, los delgados y altos edificios de vivienda que tienen precios de locura: un ático en uno de estos edificios se vendió en 1,947 millones de pesos, mientras que un penthouse fue adquirido en 4,987 millones de pesos por un multimillo­nario, según un amplio reportaje de The Guardian (https://bit.ly/3zgbare).

Este proceso de financiari­zación inmobiliar­ia ha dejado que la vivienda deje de ser un derecho para convertirs­e en una mercancía acaparada y mercantili­zada para acumular capital. No podemos permitir que un derecho tan esencial, como el acceso a un techo, quede en manos de la codicia del mercado inmobiliar­io capitalist­a.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico