NO ES LA CALOR, ES LA IDEOLOGÍA…
No dejen de preocuparse, parece ser el mensaje del presidente Andrés Manuel López Obrador ante los apagones que han afectado a varios estados de la República; el problema es transitorio y pronto se normalizará el suministro en todo el país, prometió.
Sin embargo, los especialistas en la materia advierten que el Sistema Eléctrico Nacional está a punto de colapsar por la gran demanda que existe y por la poca oferta.
Y acusan a la Comisión Federal de Electricidad de ser la única responsable de esta situación, por no haber invertido lo suficiente en nuevas líneas de transmisión y distribución de energía en este sexenio.
Fiel a su costumbre, el titular de la nueva empresa improductiva del Estado, Manuel Bartlett, “ni los ve ni los oye”.
En el primer apagón que sufrió la 4T, hace más de tres años, el director de la CFE declaró que pudo ser un “desastre total”; nos pudimos haber quedado en penumbras varios días; se pudieron haber muerto de frío y hambre muchas personas, quiso decir, pero el posible desastre se convirtió “en una hazaña”, presumió.
Ante las críticas por su ignorancia, ineptitud, inexperiencia, improvisación y su desconocimiento del mercado eléctrico que le asestaron los expertos en aquel entonces, Bartlett evadió su responsabilidad y prácticamente les respondió: Todo fue culpa del clima y de la herencia maldita que la administración de Peña Nieto le dejó al gobierno de la 4T de recibir gas de Estados Unidos.
Los especialistas insisten en el mismo argumento: No es la herencia maldita, ni los efectos del cambio climático lo que está provocando la falta de energía en algunos estados de la República y que el Sistema Eléctrico Nacional está a punto de colapsar, “es la ideología” con que este gobierno ha manejado la política energética. Hace tres años, cuando el Jefe del Ejecutivo envió la iniciativa preferente para reformar la Ley de Energía Eléctrica, el Coordinador de los Diputados del PRI, René Juárez Cisneros, fue claro y contundente al señalar las dos visiones absolutamente distintas que contenía la iniciativa, decía: “Desde el punto de vista económico, es inviable.
Desde el punto de vista ecológico, es absurda, porque afecta el medio ambiente, ya que privilegia el uso de combustibles fósiles para dejar de lado la generación más barata y limpia que se requiere.
Desde el punto de vista financiero también tiene deficiencias, porque la idea y la intención es que no se modifiquen las tarifas”. Y le faltó decir que desde el punto de vista ideológico era una aberración.
Sin reconocer que “la regó”, López Obrador señaló que sólo hay un retraso en algunas plantas de generación de energía eléctrica de ciclo combinado, y calificó el problema como transitorio, y prometió que no habrá más apagones.
¡Tú le crees al presidente! Nosotros tampoco, dicen los afectados por los apagones.
Los “cupuleros” del Consejo Coordinador Empresarial, a quienes el presidente “les aventó la bolita”, porque también generan parte de la electricidad que se consume en el país, señalaron que “si bien es cierto que las fuertes olas de calor y la alta demanda de energía han exacerbado la situación estresando la red eléctrica, las causas de estos apagones son estructurales y ponen de manifiesto la necesidad de mejorar la infraestructura de transmisión y permitir la participación del sector privado en la generación y transmisión de energía, contemplando esquemas de autogeneración y la apertura del mercado eléctrico al sector privado.
Juntos, sector público y sector privado, podemos encontrar soluciones de fondo, como la construcción de nuevas plantas de generación y la modernización de la infraestructura, garantizando un suministro de energía confiable y sostenible para el país”.
¡Con el apagón, qué cosas suceden!
Sin reconocer que “la regó”, López Obrador señaló que sólo hay un retraso en algunas plantas de generación de energía eléctrica de ciclo combinado, y calificó el problema como transitorio, y prometió que no habrá más apagones