Puertorriqueños se aferran a refugios
Temen volver a sus casas tras los sismos que se han registrado por varios días en la Isla
GUAYANILLA, PUERTO RICO.- Un nuevo barrio ha surgido en esta población del Sureste de Puerto Rico dañada por un terremoto: Sus habitantes son 300 personas, una docena de agentes de Policía y una guacamaya.
Gritos de “¡uno!” se alzaban en el aire ayer por la mañana, cuando niños jugaban con cartas sobre sus catres mientras hombres con aire soñoliento y la almohada bajo el brazo se iban al trabajo.
Muchas de las familias en este polvoriento estadio de beisbol convertido en refugio improvisado viven en las cercanías. Pero no pueden o no quieren regresar a sus casas porque sus muros están agrietados, se han desplomado o han sido evacuados indefinidamente debido a un terremoto de magnitud 6.4, tras el cual el presidente Donald Trump declaró estado de emergencia para la isla.
Cientos de miles de puertorriqueños carecen de electricidad y agua corriente, y miles duermen en refugios o en las aceras desde el sismo del martes. El temblor dejó un muerto, nueve heridos y daños parciales o totales a cientos de viviendas, escuelas y negocios en el suroeste de la isla.
La inusual actividad sísmica, que ha incluido fuertes réplicas, ha demorado las tareas de rescate, acrecentado el número de personas que permanecen en refugios instalados por el gobierno, como el de Guayanilla, y provocado pánico en miles de personas.