El Heraldo de Leon

Ofrenda su arte a Medellín

Tania Candiani presenta su primera exposición individual a gran escala en Colombia La artista mexicana extiende un `abrazo', escultóric­o y sonoro, a la urbe antioqueña

- FRANCISCO MORALES V.

De camino del aeropuerto hacia el Centro de Medellín, en Colombia, la artista mexicana Tania Candiani sintió el abrazo de los siete cerros que rodean a la capital del departamen­to de Antioquia, con una vista que le causó una impresión profunda.

“Cuando uno baja a la ciudad, porque realmente vas de la montaña y empiezas a descender, te das cuenta de que las montañas, que además se llaman los Cerros Tutelares –qué bonito nombre–, crean esta especie de dos brazos que abarcan toda la ciudad, entonces esa sensación se me quedó como una sensación física, corporal, y se me antojaba poder meterla al museo”, explica en entrevista.

Y así lo hizo, con una pieza de sitio específico llamada Tornarse montaña que ocupa uno de los sitios protagónic­os de la exposición Ofrenda, que exhibe actualment­e en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) y estará abiertas hasta el 1 de septiembre.

Se trata de una estructura, de 11 metros de largo, que evoca la topografía de los cerros que rodean el Valle de Aburrá y que fue creada con una técnica tradiciona­l de construcci­ón con tierra llamada tapia pisada.

“Si tú la ves, tiene una cosa casi geológica, porque parece que tiene las capas de la Tierra, como si estuvieras haciendo una radiografí­a de la Tierra”, reflexiona.

Para su primera exposición individual a gran escala en Colombia, Candiani (Ciudad de México, 1974) creó tres piezas in situ, con materiales y técnicas locales, que reflejan algunas de sus búsquedas artísticas más perdurable­s, como el sonido, la hidrografí­a y los diálogos posibles entre la ciencia moderna y los saberes ancestrale­s.

Esto es especialme­nte evidente en la pieza que recibe el “abrazo” de las montañas de tapia pisada, llamada Cuando el río suena, y que completa este paisaje físico y emocional de la ciudad de

Medellín con una representa­ción del Río Aburrá.

“Es el río que atraviesa la ciudad y va más allá, pero hay una parte importante que pasa atravesand­o la ciudad, casi como una columna vertebral y que, desgraciad­amente, la gente no puede acercarse a ella, porque hay unas vías rápidas alrededor y el tren, el metro... Entonces es básicament­e un lugar en donde más bien escuchas el tráfico en vez de oír el río”, describe.

Como lo hiciera ya en obras de arte inspiradas por la forma de ciertos ríos en México, Ecuador, Estados Unidos y Colombia, así como con los canales de Venecia, Candiani buscó devolverle a la ciudad el trazo original del Río Aburrá, también conocido como Río Medellín, y su sonido ahogado por la urbe.

“Es la idea de honrar el dibujo que los ríos trazan sobre el territorio, sobre territorio­s que, cuando son entubados, o lanzados a un nuevo cauce, por obras de infraestru­ctura evidenteme­nte, pierden ese trazo, aunque cuando hay lluvias bestiales, como deben ser, los ríos retoman y tienen memoria y vuelven a atravesar el mismo territorio con ese dibujo”, explica.

“Esos dibujos me parecen un statement de la misma naturaleza diciendo: ‘Aquí estamos’, y todo tiene una razón, porque esos trazos que los ríos tienen sobre el territorio tienen un que ver”.

Para representa­r este trazo, Candiani ideó un arpa de 9 metros de largo con la forma del trazo original del río, con una caja de resonancia que obedece a la altitud del terreno y con cuerdas que tienen una afinación particular, y con un diseño realizado por un laudero colombiano en colaboraci­ón con un mexicano.

“Está hecha con maderas locales, con saberes locales también y, de alguna manera, tiene un sonido muy particular que sí alude a los sonidos de allá”, relaciona la artista.

“Y está abierta para que la gente la toque, entonces sí depende mucho del cuidado que le da el público, pero están siendo súper cuidadosos y es muy bonito, porque a mí me encanta invitar a la gente a que toque, porque no puedes tener un instrument­o en un museo y decirle a la gente: ‘Prohibido tocar’, es ridículo. Entonces parte también de la intención de la pieza es que ese río vuelva a sonar y que la gente pueda escuchar su río de nuevo”.

Así, mientras los visitantes vuelven a hacer sonar su río, con el abrazo de los Cerros Tutelares que los rodean, otras obras de Candiani dialogan entre sí, como parte de una curaduría de Emiliano Valdés.

Inaugurada el pasado abril, Ofrenda nació originalme­nte de la intención del curador en jefe del museo por articular una exposición alrededor de Preludio cuántico, una videoinsta­lación que la artista realizó para la exposición Como el trazo, su sonido (2022), en el Museo Universita­rio de Arte Contemporá­neo (MUAC) de la UNAM.

Esta pieza, elegida por Valdés como núcleo de la muestra en Medellín, presenta una composició­n de ocho canales, realizada junto con el artista Rogelio Sosa, en la que participar­on 64 músicos, y que visualment­e enlaza el Espacio Escultóric­o de Centro Cultural Universita­rio con el Gran Colisionad­or de Hadrones de la Organizaci­ón Europea para la Investigac­ión Nuclear (CERN, por sus siglas en inglés).

“Grabamos esta composició­n sonora en el Espacio Escultóric­o porque, si lo ves desde el cielo, en una toma desde un dron, tiene el mismo ADN visual que tiene el ATLAS, que es uno de los experiment­os del CERN, en Ginebra, porque los imanes que tiene el ATLAS parecen los prismas del Espacio Escultóric­o”, refiere.

Mediadas por el sonido, dos voces reflexiona­n a lo largo del video sobre las interpreta­ciones místicas y científica­s que se han hecho sobre el universo, en un diálogo que sirvió para estructura­r la exposición en Colombia, que cuenta también con otras videoinsta­laciones como For the Animals y Tidal Choreograp­hy.

Para invitar al público a adentrarse en este mundo de los sonidos, la tercera pieza de sitio específico realizada para Medellín es Prólogo (Siete campanas), una serie de pabellones de trompeta que cuelgan del techo, realizados con una técnica tradiciona­l colombiana para tejer el mimbre, y a los que el público puede entrar de cuerpo entero.

“Fui a grabar con Jorge Barco, que es un artista sonoro y también curador en el MAMM, y otra gente que también trabaja con él... fuimos a donde nace el Río Aburrá a hacer grabacione­s de campo con un hidrófono bajo el agua, y luego caminatas por otras partes de las montañas de los mismos Cerros

Tutelares”, detalla.

Las grabacione­s resultante­s se reproducen en unas bocinas dentro de cada trompeta de mimbre, para que el público las oiga en el ambiente de reclusión que genera entrar a cada una de las piezas. “Decidimos ponerlas a la entrada de la exposición como una invitación a la escucha, entonces la idea es que están a cierta altura y la gente se mete dentro de estas campanas sonoras y tienes el paisaje alrededor tuyo”, ilustra.

Si bien el título de la exposición, Ofrenda, fue tomado de una pieza que ya no llegó a realizarse, Candiani decidió mantenerlo porque define bien el espíritu del proyecto.

“Es una ofrenda a la ciudad misma”, concluye sobre esta celebració­n de las montañas, el río y los sonidos de Medellín.

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La artista mexicana en su estudio de la Ciudad de México, desde donde nacieron algunas piezas que ahora presenta en Colombia.
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Ofrenda, de Tania Candiani, estará en exhibición en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) hasta el 1 de septiembre.

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