El Heraldo de Chihuahua

La urgencia de atajar la marea de la contaminac­ión

Mitad del Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible y todo apunta a que, por más ciencia que haya y que se haga, el uso sostenible del océano está a muchísimo más de cinco años de alcanzarse.

- Licenciada en Administra­ción. Docente en Colegio Regional del Norte y Universida­d La Salle. laecita@gmail.com

Estamos casi a

Proclamado por la ONU con el propósito de comprender y respetar mejor el océano, el Decenio del Océano va a la mitad, y ni las décadas de logros en la oceanograf­ía han sido suficiente­s para que todos los ciudadanos comunes y corrientes comprendan y respeten el océano como se amerita y debe de ser.

Consideran­do que el océano cubre más del 70% del planeta, que es nuestra fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos de la tierra y, sobre todo, lo que el grueso de la población mundial sigue haciendo con él y lo que sigue sin hacer por él, es evidente que el desarrollo sostenible del océano -y por supuesto de la sociedad y el planeta- está muy lejos de ser una realidad en 2030.

El problema es que la contaminac­ión de los océanos -y de los mares- está alcanzando niveles extremos, y un ejemplo de eso es la contaminac­ión por plásticos.

Según datos de la organizaci­ón ambientali­sta The Ocean Cleanup, cada día miles de fuentes de plástico llegan al océano en todo el mundo, convirtien­do la contaminac­ión por plástico en un problema mundial que causa daños no solo al medio ambiente, sino también a la salud humana y a las economías.

The Ocean Cleanup advierte que, aunque menos del 0.5 por ciento de los 400 millones de toneladas métricas de desechos plásticos que los seres humanos producimos al año acaba llegando a los océanos, son más un millón de toneladas métricas de contaminac­ión cuyo impacto devastador en la vida marina es mucho peor de lo que se creía décadas atrás.

Según un estudio realizado por investigad­ores de la Organizaci­ón de Investigac­ión

Científica e Industrial de la Commonweal­th en el 2015, 90% de las aves marinas tenía plástico en sus intestinos (en 1960 era de solo el 5%), estimando que para el año 2050 el 99% de las aves marinas vivas habrá comido algún tipo de plástico que llegó al océano desde ríos urbanos, alcantaril­las y depósitos de residuos.

El caso es que, de seguir como hasta ahora, para el 2050 podría haber -según la ONU- más plástico que peces en el mar, y todos los arrecifes de coral tropicales del mundo podrían estar muertos a finales de siglo.

Por todo eso y muchas cosas más es que resulta urgente, fundamenta­l e ineludible proteger y gestionar los océanos de manera sostenible. “Es el peor momento, pero también el mejor, porque todavía tenemos una oportunida­d”, diría Sylvia Earle.

Claro que, como bien lo dijo Chai Jing, los gobiernos no pueden limpiar la contaminac­ión por sí solos. Deben confiar en cada persona común, como tú y yo, en nuestras decisiones y en nuestra voluntad.

Entonces, llamando a la correspons­abilidad ciudadana, hago extensivo un simple pero decisivo exhorto de la ONU: Atajemos la marea de la contaminac­ión por plásticos: rechaza los cubiertos y popotes de plástico, usa botellas de agua recargable y lleva tu propia taza de café y bolsa para las compras.

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