Envían papás a sus niños a la escuela con comida chatarra
Los principales proveedores de comida chatarra son los padres de familia, quienes envían a sus hijos a la escuela con alimentos que contienen altos niveles de azúcar como jugos y néctares muy dulces, frituras con saturación de grasa, pastelitos o botanas que exceden las normas recomendadas para la población de edad escolar.
Los registros de población infantil escolar con problemas de obesidad y diabetes ha ido en aumento, por lo que la Secretaría de Educación Pública implementó la Estrategia Nacional para la Prevención y Control de Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, de la cual se desprendieron lineamientos generales para el expendio y distribución de alimentos y bebidas industrializados en los planteles escolares.
Entre las observaciones, señala que para los niños de preescolar y primaria sólo se permitirá el consumo de bebidas a base de fruta natural sin azúcar añadida o agua simple potable para todos los días de la semana a libre demanda. A partir de educación secundaria, se permite el consumo de bebidas azucaradas.
Por tal motivo, es común ver que los estudiantes de nivel básico acuden a la escuela con alimentos de sus casas, que en algunos casos pueden ser pastelitos o frituras con altos niveles de azúcar o de grasas, bebidas muy azucaradas, o que contengan poco valor nutrimental para el correcto desarrollo de los niños. En otros casos, son los mismos padres quienes acuden a la hora destinada para tomar el refrigerio a llevar los alimentos, asegurándose de que sí tienen valor nutrimental y están dentro de los estándares permitidos.
En las cafeterías y tiendas escolares se realizan revisiones periódicas para verificar que cumplan con lo estipulado para la correcta alimentación de los niños, que redunda en un buen desempeño escolar.