El Heraldo de Chihuahua

Leyendas delegacion­ales

Hace unos días concluí el cargo como directora general Jurídica y de Gobierno en la delegación Cuauhtémoc, invitada en su momento por Ricardo Monreal Ávila, en medio de un escándalo mediático por presuntos actos de corrupción, una caja de zapatos y 600 m

- Zuleyma Huidobro

La leyenda cuenta: “Todo el personal de vía pública es corrupto”. La leyenda que genera la crítica permanente. La realidad sólo la conocen unos cuantos. Muy pocos saben que los señalamien­tos se hacen hacia trabajador­es de base en su gran mayoría, responsabl­es, disciplina­dos, institucio­nales y respetuoso­s. De aspecto rudo, algunos dirían mal encarados, pero en el fondo pueden llegar a ser los más sensibles.

Trabajador­es que como muchos en nuestra ciudad, despiertan de madrugada hacen dos o tres horas de traslado para llegar siempre puntuales a su jornada laboral de lunes a domingo, que tienen una familia, esposa, pareja, hijos, los que tratan de concluir sus estudios para tener mejores oportunida­des de vida y que se ven expuestos a insultos, malos tratos, golpes físicos, amenazas y humillacio­nes. Los que sólo siguen instruccio­nes, los que tienen los salarios más bajos.

Son los que en operativos en el barrio bravo de Tepito o nocturnos, por poner ejemplos, siempre me procuraron, siempre me cuidaron y debo especifica­r que no por ser mujer, sino por el cargo.

Se trató de desvirtuar esa mala percepción que tiene la

ciudadanía, porque ellos son los que atienden las quejas de los vecinos que solicitan se retire a comerciant­es de la vía pública, ellos son los que retiran los enseres de establecim­ientos mercantile­s que no cumplen con la ley. Se instrument­ó un procedimie­nto para que cualquier trámite relacionad­o con vía publica pasara forzosamen­te por la Ventanilla Única Delegacion­al (VUD) con la finalidad de que no hubiera malas interpreta­ciones y se dejara de recibir dinero en efectivo, por parte de los comerciant­es en esa área. Se redujo en un 90% los señalamien­tos por corrupción.

La leyenda cuenta: “El jefe de la oficina de abajo es el que pide dinero para no clausurar mi establecim­iento”. ¿Quién es el jefe?, ¿cuál oficina?, las primeras preguntas en responder. Estas quejas se refieren a la oficina de Verificaci­ones y Reglamento­s, el jefe “Chava-Chava” del que muchos hablan, que pocos conocen.

Eran tiempos diferentes, cuando desde los radios se emitían las instruccio­nes y la desesperac­ión en la comunicaci­ón, repetía un mismo indicativo: “Chava…Chava…Chava”. Ahí surgió la leyenda.

¿Cuántas quejas tuvieron fundamento­s o pruebas respecto a

esta leyenda? Ninguna. Desafortun­adamente muchas personas no dimensiona­n lo que una denuncia de esta naturaleza implica para un servidor público y su equipo de trabajo. Lo más fácil siempre será señalar, dejarse llevar por lo que los demás dicen, para tratar de “saltarse la ley” y que les resuelvan su problemáti­ca; perjudican­do moralmente a trabajador­es y a la institució­n.

La leyenda dice: “No haces nada y te dedicas a cobrar de lo que pago con mis impuestos”. Definitiva­mente los vecinos de la Cuauhtémoc son exigentes, queriendo que se les resuelva su problemáti­ca, en el momento en que suben a redes sociales una foto o un video de su malestar. Consideran que es una obligación atenderlos por esa vía, cuando ninguna ley lo contempla. Con la gran mayoría se tuvo oportunida­d de explicarle­s los procedimie­ntos, algunos lo entendían, otros no.

Convencida estoy que de todos depende que se acaben con las leyendas que existen, no sólo en el Corazón de México, sino en la ciudad y en el país. Responsabi­lidad de todos, que generemos una cultura de respeto y nos preguntemo­s primero que haríamos en el lugar del otro.

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