El perro chihuahueño
Durante las últimas cuatro décadas se ha incrementado notablemente la posesión de perros como mascotas; niños y jóvenes, igual que muchas parejas, comparten con un perro los espacios domésticos asumiendo, más o menos, las tareas y responsabilidades que implica tener una mascota adentro de la casa. El gusto por tener uno o más perros dentro de la casa ha detonado también el negocio de la crianza de perros finos, convirtiéndose en una de las actividades lucrativas de las grandes ciudades.
Entre algunas de las personas que tienen estas mascotas se manifiesta el afán de poseer y pasear por las calles los perros más finos y costosos, por ello, el negocio de los criadores ha crecido en Estados Unidos y en casi todos los países de América, diversificándose y haciendo presencia nuevas cruzas y razas que casi siempre son las que tienen más valor. Los precios de algunos de estos perros rebasan los cinco mil dólares, pero eso no impide que algunas familias compren en Estados Unidos los ejemplares más caros y que en algunos casos se compran por parejas con la intención de utilizarlos como pies de cría y hacer negocio en el estado.
Entre la gran variedad de razas, el chihuahueño sobresale como una de las mascotas caninas más codiciadas y costosas del mundo, algunas razones pueden ser el tamaño, su morfología y la lealtad que profesa a sus dueños. Fuera de México pueden costar hasta mil dólares los ejemplares más baratos, esta demanda provocó que se incrementara la reproducción de manera artificial, instrumentando las cruzas que dieron lugar a nuevos especímenes cada vez más alejados del genotipo de los chihuahueños montaraces, de vida silvestre, pues aunque el origen del chihuahueño sigue siendo un misterio, se asegura que los primeros ejemplares que se encontraron vivían en estado montaraz en la región de Casas Grandes.
Fuera de México se reconoce que esta raza se originó en Chihuahua y de allí el nombre que se le asignó de manera natural, sin embargo puedo sugerir que ninguna institución de Chihuahua se ha ocupado de investigar científicamente el origen y desarrollo de los chihuahueños. Últimamente he conocido a Heriberto Ramírez, quien durante diez años se ha dedicado por su cuenta a recopilar información y lo he invitado para que escriba algo de sus investigaciones en la página de La Fragua.
Por ahora voy a incluir en este número un artículo que encontré en la revista Tiempo de la Ciudad de México. La fecha de esta publicación es del 24 de mayo de 1946, no tiene el nombre del que hizo la transcripción ni la fuente original y sólo podemos saber que el autor original firmó como C. L. Mundley.