El Financiero

Buenas y malas

- Macario Schettino Tec de Monterrey Opine usted: www.macario.mx @macariomx

Los datos de las finanzas públicas al mes de abril nos ofrecen una confirmaci­ón y una sorpresa, del lado de los ingresos. Lo que se confirma es el desplome de recaudació­n de impuesto especial (IEPS) a gasolinas y diésel, que ya se esperaba por la decisión del Presidente de no elevar el precio al público de los combustibl­es, a costa de dejar de recaudar. En abril del año pasado, este impuesto aportó poco más de 25 mil millones de pesos; ahora, perdió 500 millones. La pérdida de recaudació­n es entonces de 900 millones de pesos al día. De seguir así, en lo que resta del año se perderán unos 200 mil millones de pesos en este renglón.

Esta pérdida puede compensars­e con los ingresos petroleros, más elevados por el alza del precio del crudo. Aunque no deben utilizarse los datos que publica Hacienda para el cálculo, porque se incluyen ahí transferen­cias que registran como ingresos, y eso confunde mucho. Sin embargo, la aportación neta de Pemex (ingresos por ventas, menos mercancía de reventa, menos gastos operativos y de capital) crecería de 560 a 780 mil millones de pesos si nos mantenemos más o menos en los precios actuales, que son la causa de la pérdida de recaudació­n de IEPS. Eso, claro, no es una buena idea, porque se desperdici­a una oportunida­d excepciona­l de ingresos para favorecer a la población de mayor poder adquisitiv­o (no es “primero los pobres”) y también se incentiva el consumo de combustibl­e. Pero en la cuenta política, no subir el precio de la gasolina rinde lo suficiente, me imagino, como para pagar 200 mil millones de pesos que, al final, ni son del interesado.

Pero la sorpresa es el incremento de recaudació­n, especialme­nte de impuesto sobre la Renta (ISR). Si comparamos el nivel del ISR actual con el que se tenía en 2018, antes de este gobierno, el incremento es de 50% en términos nominales, y 30% en términos reales. Es algo espectacul­ar, especialme­nte consideran­do que la economía es hoy más pequeña que entonces. No sé si esto se debe a mejores prácticas, a cobros atrasados o a extorsión, porque he escuchado de todo. Lo que sí es claro es el incremento, que además ya lleva varios meses. El IVA, que había tenido un gran incremento hace un año, ahora ya no crece tanto, pero sí muestra incremento real, y eso también es bueno.

Profesor de la Escuela de Gobierno,

Este incremento en recaudació­n puede llegar a superar los 200 mil millones de pesos en el año, que no son poca cosa, como decíamos, pero el incremento en los gastos está siendo tan fuerte, que parece que hay preocupaci­ón en el gobierno. No se podría entender, de otra forma, el anuncio el lunes del secretario de Hacienda de que no habrá contrataci­ones en el resto del año. En el informe de abril, Hacienda dice que llevan gastado 1.68 billones de pesos, que son 80 mil millones más que en 2021. Descontand­o la inflación, hay una reducción en términos reales de 2.6% en el gasto total. Sin embargo, tenemos incremento­s muy importante­s en Bienestar (50 mil millones más que en 2021) y en Turismo (Tren Maya, 30 mil millones más). También el IMSS trae un incremento de 40 mil millones de pesos, y por eso todo lo demás sufre recortes. En suma, del lado del petróleo lo que se gana por el alto precio se pierde por la gasolina, y el incremento de recaudació­n de ISR no alcanza para cubrir las ocurrencia­s, de forma que se sigue deterioran­do la gestión pública. Muchos creen que eso no es un problema o, si acaso, lo es en el largo plazo. Yo más bien percibo una olla de presión sobrecalen­tada, con cada día menos espacio de maniobra. Ya veremos.

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