Masiva protesta en Hong Kong contra ley china de extradición
La norma permitiría a Beijing detener a opositores en el país y juzgarlos en China
Cientos de miles de personas protestaron por las calles de Hong Kong contra la llamada ley de extradición, que según los opositores, podría ser utilizada para enviar a China continental a cualquier político que no esté de acuerdo con las directrices de Beijing, para ser enjuiciado allá bajo acusación de delitos como corrupción o robo. Los incidentes entre la policía y manifestantes estallaron en las inmediaciones del Parlamento, cuando los opositores amenazaron acampar frente a la sede del edificio gubernamental. En ese momento, unidades de la policía los desalojaron con bastones y gas pimienta
Antes del estallido de la violencia, la manifes- tación se había realizado pacíficamente en distintos puntos de la ciudad. De acuerdo con los organizadores, más de un millón de personas salieron a las calles lo que la convertiría en la marcha más grande desde que el Reino Unido cedió a China el territorio en 1997. Sin embargo las autoridades calcularon el número de asistentes en 24 mil.
La enorme protesta se celebraba tres días antes de que el gobierno de Hong Kong lleve la propuesta al pleno de la legislatura, en un intento de aprobarla a final de mes. Carrie Lam, que dirige el gobierno hongkonés, ha seguido adelante con el proyecto pese a las críticas generalizadas de grupos empresariales y de derechos humanos. Las voces críticas afirman que el sistema legal chino no garantizaría los mismos derechos que en Hong Kong, una región semiautónoma. La nueva legislación, propuesta en febrero y cuya votación final podría efectuarse antes del fin de julio, permitiría a la Jefatura del Ejecutivo y a los tribunales de Hong Kong tramitar las solicitudes de extradición de jurisdicciones sin acuerdos previos -en particular, China y Taiwán- sin supervisión legislativa. El plan se ha topado con la oposición de periodistas, políticos extranjeros y empresas, que han expresado su preocupación por el riesgo de que residentes en Hong Kong –que pertenece a China pero cuenta con autonomía en campos como las leyes o la moneda– acusados de delitos sean trasladados a la parte continental de China.
“¿Qué podemos hacer para que Carrie Lam nos escuche, cuánta gente tiene que salir para que se replantee escuchar al público?”, preguntó Miu Wong, un oficinista de 24 años que se sumó a la protesta.