Los independientes
Hasta el viernes pasado, nueve personas habían presentado su carta de intención para buscar el registro de su candidatura a la Presidencia sin el aval de un partido político. Tres más lo intentaron, pero sin cumplir con los requisitos legales, y cerca de 10 tenían su solicitud pendiente de análisis. Falta Margarita Zavala y quizá algunos otros, de tal forma que la lista de aspirantes que cumplan los requisitos podría rondar las 20 o 30 personas. A partir del lunes próximo iniciará la recopilación de firmas y es probable que al final de los 120 días de los que disponen, dos o tres de ellos logren la hazaña de obtener apoyo de 866 mil personas.
Entre los aspirantes hay políticos profesionales, empresarios, académicos, activistas y una lideresa indígena de Chiapas. Emilio Álvarez Icaza, defensor de derechos humanos, declinó porque dijo que si participaba se dividía aún más el voto y ello era hacerle el juego al PRI. Salvo algunos como Armando Ríos Piter, que ya cuenta con una plataforma, las propuestas que esbozan los aspirantes son ape- nas incipientes y es probable que la mayoría carezca de claridad, salvo defenestrar a los políticos y a los partidos. Un candidato de Yucatán sostiene que la pena de muerte es una solución a la corrupción y también apoya las autodefensas.
Es prematuro saber el impacto de los independientes en la contienda y su grado de éxito. Una vez que se depure la lista de aspirantes, es previsible que uno o dos generen atención y logren focalizar algunos temas de la agenda de discusión. El primer debate de candidatos presidenciales será sin duda la primera gran oportunidad para que alguno de los independientes despunte como una alternativa ante el electorado.
¿Puede ganar un independiente? Hoy parece difícil, pero las condiciones de la competencia cambian y los sucesos pueden modificar el panorama. Lo que sí parece evidente es que alguno de ellos puede ser un factor decisivo en 2018, en la medida en que sus votos pueden significar hacia donde se inclina la balanza en una elección que será muy cerrada. También puede ocurrir que la agenda de temas sea definida por los independientes y que los candidatos de partido abracen esa agenda como una vía para acercarse esos votos.
Los mayores afectados de que haya candidatos independientes son los partidos y, dentro de ellos, quienes buscan encabezar la agenda de cambio y de combate al abuso del poder y los privilegios. Claramente la irrupción de Margarita Zavala afecta al PAN y a la posible coalición que busca con el PRD y Movimiento Ciudadano: el daño no es por lo que ella vale, sino por lo que deja de valer Ricardo Anaya. En una elección tan cerrada, dos o tres puntos marcan una diferencia entre ganar y perder. Asimismo, la presencia de Zavala como independiente le puede quitar al PAN la capacidad de apelar al votante de clase media.
Pero quizá el mayor daño de los independientes sea a López Obrador. El discurso de los in- dependientes es por definición liberal: menos Estado y más sociedad, menos regulación y más participación. Y ese discurso choca con el de AMLO, que es intervencionista, paternalista y colectivista. Por eso es muy difícil que López Obrador pueda abrazar la agenda de candidatos independientes y eso limitará su habilidad para atajar ese flanco.
No debe descartarse que un independiente irrumpa en la escena política nacional a partir de un debate, un suceso o un video o escándalo que se haga viral. Tampoco que un candidato o partido o coalición de partidos establezca una alianza de facto semanas antes de la jornada con alguno de los independientes. Mucha agua correrá debajo del puente, es muy temprano para saber la alineación y el formato bajo el cual iniciará la competencia de 2018. En ese juego, los independientes harán una diferencia.