El PRI: la ventaja de la disciplina
Todos sabemos lo que es el PRI. Para nadie es sorpresa si escucha a alguien decir que ese partido es una porquería y que representa los males del país y los vicios de la política. Pero como partido tiene una cuestión positiva: la disciplina. Esta característica le permite al partido salir adelante ante retos y situaciones difíciles. Cómo resolvieron los problemas que representaban sus estatutos es una buena muestra de fino trabajo interno y de disciplina generalizada.
Sin embargo, que hayan puesto límites a los plurinominales es una muestra de que, aunque la disciplina es fundamental en la vida de ese instituto político, hay quienes apuestan por otro tipo de formas para hacer política interna. Y es que no siempre da gusto obedecer las órdenes de quien sea. La medida de evitar el “chapulineo” de los plurinominales va en la dirección correcta de tener controles más amplios sobre las candidaturas y evitar que quienes aportan mala imagen –es un decir– al partido, no vivan permanentemente impunes protegidos por un cargo legislativo (cualquiera pensaría que Romero Deschamps moriría en un escaño del Senado o una curul de la Cámara de Diputados, pero ahora se le podrá meter a la cárcel a partir del mes de septiembre del año que entra, lo que, indudablemente, es una buena noticia). El problema del priismo es que llevó la disciplina a su condición principal para su militancia. Tiene la virtud priista de la disciplina el problema de suprimir el intercambio de ideas y las bondades de la discusión, pero ha resultado muy
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