¿Para qué hacerse bolas?
Uno. Dígase lo que se diga a partir de los 20 del siglo pasado, sólo contamos con dos matrices (y su ADN) partidarias. El PNR, luego PRM y finalmente PRI, y el PAN.
Dos. A finales de los treinta, los profesionistas, los decentes, no pocos intelectuales y gente de ciudad, fundan el Partido Acción Nacional.
Tres. Además de en el PRM y en el PRI, el PNR se reproduce en la Corriente Crítica del PRI, en el PRD, en el PT, en el Panal y en Morena. El PAN se reproduce en sus traiciones, deformaciones y caricaturas.
Cuatro. Bien (o mal, pésimo incluso, según se le vea). Recapitulemos.
Cinco. Sí, el ADN priista y el panista resultan de imposible borrado por más machicuepas y malabarismos que den algunos de sus arrepentidos.
Seis. Si como todos los reconocen, el Sistema de Representación parido por la LOPPE en 1976 es un absoluto fiasco, ¿por qué en vez de alianzas, sacrificio electorero por el PRI de sus exgobernadores ladrones, sacadas de ojos en la cúpula panista, pies en polvorosa de perredistas, pepena en la basura de Morena, no una medida en verdad radical?
Siete. Cuando digo “todos”, aludo a todos. Empezando por el candoroso sector intelectual que fungió de “intelectual orgánico”, siguiendo el electorado, los órganos dizque arbitrales y los partidos mismos.
Ocho. En cuanto al PRI, se han probado sin éxito diversas salidas emergentes: la cruzada democratizadora encabezada por Carlos Madrazo; la Corriente Crítica, y, ahora, la Asamblea en la que se colocan parches, se simula la participación de sectores y se pretende, en vano, arrebatarle al “preciso” el “destape” de su sucesor.
Nueve. Por parte del PAN, la entronizada en la Presidencia de la República de dos primitivos sin sentido de Estado, Fox y Calderón, el fuego amigo a matar, la promoción de un “nerd” de escuela confesional como Ricardo Anaya, etcétera, etcétera.
Diez. Y, por parte del PRD, ramal del PRI, su multiplicación infecunda de tribus y su desdoblamiento en PT y Morena.
Once. ¿Cuál salida en verdad radical? Si al margen del color partidario, la clase política es la misma en esencia, ¿por qué no el golpe maestro, la alianza electoral PRI-PAN-PRD? Coloquialmente, darle “cran” a la rabia y al perro. Camino despejado a Los Pinos en 2018.
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