No quieren encontrar al espía
Un laboratorio como Citizen Lab, en Canadá, que se dedica a la investigación y el desarrollo en la intersección de las tecnologías de la información y la comunicación, con un especial enfoque en la seguridad global, le ha dicho al gobierno mexicano que sus periodistas, defensores de derechos humanos y el grupo de especialistas internacionales que coadyuvaban en la investigación de la desaparición de 43 estudiantes, fue espiado por un programa que sólo ellos adquirieron, y el gobierno, en vez de prender focos rojos e INVESTIGAR sobre un caso de espionaje, se ha dedicado a poner pretextos, justificarse y exculparse.
Hace unos días, tuve la oportunidad de entrevistar a Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, en el programa
La Nota Dura que se transmite en El Financiero Tv, y cuando se le cuestionó al respecto, no sólo lo negó, sino que su principal argumento fue que, en su estancia en México, el GIEI no ‘se quejó’ de estar siendo espiados.
“En la relación que tuvimos con el GIEI, en donde hubo muchas veces exigencias, solicitudes, en algunos momentos hubo una relación dura, siempre respetuosa, pero dura, con algunas diferencias… y nunca, y lo digo de cara a la cámara y sabiendo que los cinco integrantes del GIEI pueden reaccionar frente a esto que yo estoy diciendo, nunca hubo un cuestionamiento o reclamo porque tuviese la sospecha de que sus comunicaciones privadas estaban siendo usadas en algún aspecto que tuviera que ver con su tarea, con su responsabilidad”, es el posicionamiento más importante del gobierno mexicano frente al presunto espionaje a integrantes del GIEI.
Así, “de cara a la cámara”, Campa habló durante siete minutos de quejas sobre una denuncia de espionaje en contra de un gobierno que ‘los invitó’ y que los escuchaba ‘prácticamente diario’. Ni una sola señal de alarma de que “alguien” estuviera interviniendo comunicaciones de quienes investigaban uno de los casos más relevantes de la última década en el país. Ni un solo: ‘no quedará impune, encontraremos al responsable’. Nada.
Al respecto, Ángela Buitrago, miembro del GIEI, a quien entrevisté ayer en Así las cosas de
W Radio, subrayó que más allá de señalamientos particulares, lo que los expertos han solicitado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos es que el caso sea investigado, que el gobierno entienda que es un caso de violación al derecho de la privacidad y las comunicaciones sin ningún precedente en el mundo y que, en el único caso similar conocido, lo que procedió fue eso: una investigación que derivó en resultados y sanciones. De nuevo: ¿por qué al gobierno no le preocupa saber quién espía con sus propios recursos?
“Nosotros nunca hemos responsabilizado a nadie en particular, nosotros nunca hemos dicho que determinadas informaciones fueron escuchadas porque carecemos de esa información, porque sólo la investigación la podrá dar, lo que sí debemos decir categóricamente es que fue ya revisado por el laboratorio y está la confirmación de que esos programas espías por lo menos están presentes en esos celulares que por ahora se han revisado.
“No es común (ser espiados) y, en segundo, como decía ayer el canciller Videgaray, es absurdo dentro de un Estado democrático que ocurran estas cosas, pero lo que sí te quiero contar es que a nivel diplomático, no tengo noticia de que haya habido infiltraciones en un grupo como el nuestro”, insistió Buitrago.
Así la muestra de un gobierno que se apapacha, no se cuestiona y mucho menos quiere encontrar al espía.