¿Agobiado por las deudas? Corrige el rumbo
Sin lugar a duda, cuando uno habla de los grandes problemas de las finanzas personales el que destaca es el exceso de endeudamiento, porque provoca el peor de los mundos; le pega al consumo presente, al ahorro y, por tanto, a la viabilidad del patrimonio futuro.
Apuntemos acciones concretas para resolverlo.
1.- El primer paso es elaborar una estrategia de flujo de efectivo. Ello conduce a cortar los gastos superfluos y restringir al máximo los cotidianos. También, habrá de procurarse por elevar los ingresos con actividades complementarias o cambiando de trabajo. Esto último hay que hacerlo en forma cuidadosa para evitar correr el riesgo de perder la fuente de sustento.
2.- En segunda instancia, revisar los activos y pagar las cuentas con lo que se tiene. Esto lleva a estar corto de liquidez y vender bienes inmuebles para sufragar los pasivos contraídos. En la medida que se salga de esta posición apremiante será factible reponerse con el tiempo.
3.- Acercarse a los acreedores y buscar un refinanciamiento a tasas menores y plazos largos; sin embargo, es frecuente que sea complicado por la política interna de la institución, pero hay que intentarlo en la etapa inicial. Irónicamente, los bancos están más dispuestos cuando la cuenta ya se encuentra en el área jurídica.
4.- Contratar un préstamo personal con mejores condiciones para liquidar el saldo. Incluso, conseguir a un amigo o familiar que pudiera apoyar otorgándole un rédito arriba de la que le paga el banco en alguna inversión; de esa manera ambos salen ganando.
5.- Involucrar a la familia directa, porque cooperarán en la reducción de los gastos; tal vez puedan generar ingresos; y, sobre todo, comprensión en un momento de corrección que significa sacrificio.
6.- Evitar caer con agiotistas que cobran intereses desproporcionados y garantías exageradas. Lo único que provocan es dificultar más la situación.
7.- Cuidado con las reparadoras de crédito que ofrecen quitas de deuda. Son entidades no reguladas por las autoridades financieras y se han presentado casos de fraude. Además, nosotros mismos podríamos llevar a cabo lo que ellas hacen: negociar con el banco y ahorrar.
Con un poco de creatividad, puede haber una combinación de las opciones anteriores para salir del atolladero.
La peor alternativa es dejar que todo siga igual, permitiendo que el problema se desborde al grado de la bancarrota.