No todos escuchan a Trump
La semana inmediata posterior al triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos estuvo en México Michael Corbat, CEO de Citigroup, propietario de Citibanamex.
Citi es conocido, pero no está de sobra recordar que maneja activos por 1.76 billones (trillions) de dólares y en esta medición es el número 3 de EU.
Aunque la visita estaba preparada desde tiempo atrás, el triunfo de Trump, y sus posiciones respecto a las empresas norteamericanas que invierten en México, no motivó ningún cambio en la agenda.
Tras la visita, Corbat envió una carta al personal de Citibanamex, en la que se lee lo siguiente (subrayados míos):
“…el mes pasado anunciamos nuestra intención del ser el referente de la banca en México. …presentamos un programa de inversión de 25 mil millones de pesos a ejecutar en los próximos cuatro años para poner al día nuestra tecnología, crear sucursales digitales...”.
Sigue más adelante: “…nuestra operación en México no es sólo nuestro mayor mercado fuera de Estados Unidos, sino una de nuestras mayores oportunidades de crecimiento. De hecho, vemos a México como un país y una economía preparados para expandirse y diversificarse en las próximas décadas”.
Si esta comunicación se hubiera realizado en agosto o en septiembre, quizás se hubiera podido suponer que era sobre la premisa de un posible triunfo de Hillary. Pero, lo relevante es que se trata de una visión posterior al triunfo de Trump.
El dato importa, no sólo por lo que sucedió la semana pasada con Carrier, sino porque es un hecho que en diversos Consejos de Administración de empresas norteamericanas y mexicanas, durante las últimas semanas, se han estado tomando decisiones de posponer inversiones hasta no ver qué resulta de la llegada de Trump.
Más allá de las opiniones, resulta importante observar que una de las empresas norteamericanas que más invierten en México, sin duda la que más invierte en el sector financiero, no cambia su decisión de meter recursos en nuestro país.
Coincido en que no se puede subestimar a Trump, y que no hay indicios de que no vaya a hacer lo que ofreció a sus electores. Pero también resulta relevante ver que hay empresas que están en disposición de seguir viendo a México como uno de sus principales socios y destinos de inversión, pese a lo que diga Trump.
No ignorar los riesgos es esencial, pero también lo es subrayar que hay inversionistas de EU que siguen apostado al país.
Buenas señales en energía La reforma energética dio ayer un paso crucial.
La primera gran asociación estratégica de Pemex en la explotación de hidrocarburos se consumó ayer al definirse que la empresa australiana BHP será quien invierta con Pemex en el desarrollo del campo Trion. Igualmente, resultó que en la Ronda 1.4, dirigida precisamente a aguas profundas se asignó el 80 por ciento de los bloques, uno de ellos para un consorcio de Pemex y Chevron.
El secretario de Energía había dicho que una asignación del 40 por ciento de los bloques sería exitosa y el propio director general de Pemex refería que este no era el mejor momento para licitar estos proyectos.
Ganó la visión estratégica, por encima de las contingencias de corto plazo y esa es una excelente noticia para el país.
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